jueves, octubre 20, 2005

¿Una batalla perdida?

Si a algo nos estamos resignando los aficionados es al desastre actual de la suerte de varas. Damos por hecho que el matador va a colocar mal al toro y que este va a ser masacrado en una primera vara. Ya, ni siquiera se nos oye protestar, para la mayoría de la plaza la única preocupación es si el caballo pisa, o no, la primera raya. Damos, o eso parece, la batalla por perdida.
En la feria de San Isidro de 1998 se analizaron a 90 toros, resumo algunos datos de aquel estudio:
. Se pico en la pelota del morrillo, es decir donde hay que picar, para ahormar la cabeza y comprobar la bravura, sin dañar los músculos que afectan a la movilidad del toro, al 0% de los toros.
.Se pico en la parte trasera del morrillo: 4,7%
.Se pico en la cruz, dorso, paletillas... al 95,3% . Es decir, mermando la movilidad del toro, produciendo daños internos y limitando la capacidad respiratoria de los animales.
. El "mete y saca" se realizó en el 63% de los toros.
. La profundidad de la primera vara, como media, fue 31,5 cm, recuerdo que la puya mide 8,78 cm.

Es decir, la suerte de varas sirvió para inutilizar al toro en esa primera vara. Y esto ante los leves pitos de la plaza.
Me sorprende que los taurinos, empezando por los ganaderos, no eleven continuas protestas y pidan un cambio en esta fundamental suerte.
No quiero alargarme, escribiré mas sobre este tema, sólo algunas anotaciones:
. La suerte de varas sirve para ahormar al toro, pero también para medir la bravura/mansedumbre del toro, pero no hay manera de que cumpla esa función en la actualidad. (la responsabilidad del torero es total).
. Recuerdo que los picadores van de "oro", igual que los matadores, aunque parecen resignados a su papel de "pelele".
.En las escuelas taurinas, ¿no podrían enseñara a picar?, ¿por qué sólo les enseñan a dar pases?.
.Sobre las cuadras de caballos también habría mucho que hablar.

A los aficionados no nos queda más, que nuestra obligación de reivindicar, sin desanimo, la pureza de esta suerte.
Para despedirme, quiero recordar la espectacular belleza de la suerte de varas que se pudo apreciar en el tercer toro de la corrida de Adolfo, del pasado San Isidro, a manos de un gran toro, un gran picador, Dominguez, y un matador generoso Robleño.

2 comentarios:

  1. Fantástico análisis Javi, está claro que la suerte de varas está en caída libre y como parte fundamental e imprescindible del arte de torear arrastre a este en su desplome. Tiempos aquellos en que los picadores aparecían en el cartel, costumbre que habría que recuperar, que por algo visten de oro.

    Hay otro punto importante, muy bien apuntado por "Alex" desde siempre, y es el golpeque recibe, en muchas ocasiones, el toro al chocar con el estribo. Tambien leí algo sobre un informe donde un alto porcentaje de toros se fisuraban el cráneo en el envite.

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  2. Me asomo sólo para darte la enhorabuena por ese análisis tan brillante.
    Es jodido ser ganadero de bravo. Si no afeitas, no vendes, te machacan los toros en el caballo, lengua azul...

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