lunes, octubre 17, 2005

José Tomás y Corchito


Corchito y José Tomás son los culpables del aficionado que esto escribe. Una tarde de Mayo de 1997, exactamente el día 27, un universitario de provincias, esporádico espectador de alguna corrida de toros o novillada, en Mérida o en El Puerto, acudía por segunda vez en su vida a Las Ventas, la primera había sido un año anterior, y era hasta entonces, mas o menos el prototipo de lo que entendía por corrida de toros, había sido un lamentable espectáculo perpetrado por los toros de Daniel Ruiz, curiosamente el mismo que ahora está en el "candelabro"(Mazagatos dixit).

La comisión de cultura del CMU Alcalá había comprado varios abonos para la feria taurina de San Isidro, para uso y disfrute de los colegiales("alumnos" Botijo dixit), feliz idea de Paco y Alberto, buenos aficionados y mejores compañeros, que pasaron su correspondiente noche al raso para el bien de todos, gracias a ellos también y su parte de responsabilidad, aquella semilla acabo dando fruto con la efimera Tertulia Taurina Manuel Rodriguez "Manolete", con Nacho Somoza al frente y aquellas espléndidas jornadas inaugurales.

Aquella tarde pasó algo que jamás ha vuelto a pasarme, entre el de Galapagar y el de Alcurrucen me pusieron la piel de gallina, en el sentido literal de la palabra, aquella emoción desconocida para mí hizó que yo volviera buscando las misma sensaciones de aquella tarde, he vuelto a emocionarme en una plaza de toros, pero nunca como aquella primera vez, he ido aprendiendo algunas cositas, pocas, y no sirve para mucho a la hora de disfrutar, porque cuando el toreo bueno se despierta, estremece a quién lo presencie, aunque no sepa "na`" de tauromaquia, me empeño en llevar conmigo a neófitos a los toros, con la esperanza de que repitan lo que yo disfrute aquella tarde, y disfruto como un niño cuando me dicen "yo no entiendo de toros pero esto es diferente, me gusta", claro que es diferente, el duende que recorre a todo los aficionados que disfrutan de un momento mágico es irracional, no puede normalizarse por mucho que se empeñen los pegapases, saber un poquito, sirve para desenmascarar farsantes pero no es necesario para gozar.

Lo peor que hicé fue grabar aquella faena y volver a verla, ahora cuando lo veo, encuentro imperfecciones que afortunadamente aquel día no conocía, y reconozco el toreo al natural como los manuales describen, pero el video no tiene duende, aquello pasó y ya está, el toreo es un arte efímero, o lo gozas o ya te lo has perdido, y gracias a la providencia, yo estaba allí.

Posdata: José Tomás Vuelve Ya.
Pie de foto: www.elmundo.es

1 comentario:

  1. Viendo lo de ayer en Nimes, amigo, he tenido una sensación parecida. Hasta por el ordenador.

    Y es que no hay otro como él. Y no sé si lo habrá habido.

    Un saludo

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