lunes, marzo 14, 2016

Sobre la corrida de Adolfo en Valencia


  Cinco hermosos toros por delante –tres de ellos, cinqueños- con abundante artillería, en tipo los cinco, cárdenos, cortos de manos. Soberbio escaparate. Solo desentonó el sexto y último, que pasó la barrera de los 600 kilos.
(...)
 La nota relevante de la corrida de Adolfo fue la emoción, Solo que el primero de los seis, cornipaso y vuelto, el clásico saltillo degollado, salió quebrado de varas y se resolvió en una embestida suave pero claudicante.
(...)
Cuatro de los seis toros eran de la misma reata y los cuatro llevaban el mismo nombre, Aviador, estirpe fiable en la ganadería. El tercero, un Tostadito de reata probablemente de prueba, y el cuarto, un Madroño de reata infalible, se salieron del registro. Fueron los dos toros de mayores emociones: el tercero, porque al rematar arriba el muletazo se revolvía, y el cuarto, por hacer esas cosas tan singulares del encaste que son ir mudando de condición a lo largo de la lidia y de hacer las mutaciones para bien o mejor.
Barquerito

Paco Ureña se rompió de toreo. Más puro imposible. Y la entrega, absoluta. Como si quisiera explicar la esencia de todo aquello que había movilizado a 30.000 personas. La verdad de la relación entre el toro y el hombre. Ofreciendo el pecho, ensimismado en sí. Eh, toro. Y rompía por abajo el muletazo enroscado a la cadera. El Adolfo ahí. Una serie de temple rebosante sobre el filo por la derecha. Y de repente un gañafón, una paliza, un pitonazo tan feo que le arranca el corbatín (...). 
 Pero se levantaba Ureña, más sincero aún, le robaba otra serie y de un espadazo lo tumbaba. Caía una oreja fuerte y tras saborearla pasaba a la enfermería.
Rafaelillo le pegaba un zapatazo a la tarde. Salía 'Madroño' y lo recogía con rodilla en tierra por verónicas auténticas. Sinceridad y una media para que estallara la ovación del coso de Valencia, que desde hace un tiempo acogió a Rafael Rubio e iluminó su torera madurez. No rompe el toro tal cual. Va el esfuerzo. Rafaelillo apuesta. La emoción preside aquello. Por la mano diestra, muy abajo. El murciano se crece, le traga, va calando y el pitón izquierdo, resguardado para el final. De repente sucede al natural. Una cuarta de muleta abajo, que extrae el brillo a la embestida y 'Madroño' que se resbala hasta allá. Hay fondo y toreo clásico. Una cuarta, abajo, enganchado y atrás. Otro impacto. La faena se multiplica en su final, el espadazo y una oreja

De Escribano destacar su actuación con el capote.

Entre los de plata destaco la brega de Pepe Mora

Nota: Mucha gente en la manifestación , muchos aficionados de base, sobre todo aficionados a los festejos populares. El mundo del toro en la calle. Como escribe antonio Lorca  "La fiesta de los toros desaparecerá —si así tiene que ser— el día que el público, cansado de aburrimiento, abandone definitivamente las plazas. Mientras tanto, debe ser defendida como lo que es, una tradición en la que millones de ciudadanos, gente que hace cada día este país, de extracción, ocupaciones e ideologías diversas, esperan encontrar un chispazo de felicidad.
Por todo ello, qué bien que el toreo haya saltado al ruedo. Nunca es tarde, ya era hora, por fin…"
Eso si, al frente de la manifestación , junto a la pancarta, se veía a muchos de los culpables de la situación en la que nos encontramos, "figuras" que huyen del toro con trapío , casta y poder como de la peste; representantes de deesos empresarios que todos conocemos...
 Foto: Javier Comos y Arjona



3 comentarios:

  1. Poco pobre lo que dices de Escibano...

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  2. Tras una oancarta con incorrecciones ortograficas, unos presuntos toreros apelaban a la cultura y a la libertad. En el comunicado leido por Ponce apelaban al toro en la calle. Nada tiene que ver el toro en la calle o "taurobolio" con el toro en la plaza o "tauromáquia". La tauromaquia es hija de la iliustración mientras que los taurobolios o juegos del toro, son ceremonias ancestrales, ritos de paso de una cultura milenaria. Como aficionado, defiendo las corridas de toros, no los taurobolios. Defiendo el toreo como manera de ordenar el caos primitivo, no el caos adornado de barbarie.
    Mientras no argumentemos con propiedad, los antitaruinos tendrán su labor de zapa cada vez mas facil y asequible. Si se tiene razón, hay que exponer argumentos con rigor y orden, frente al fanatismo y la demagogia. Si nos,igualamos en confusión y sectarismo, la derrota en los medios está asegurada.JUANSINTIERRA

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  3. Les faltó fuerza a los toros de Adolfo, eso sí, la casta hizo que la corrida fuera entretenida, aunque la suerte de varas brillo por su ausencia. Y los tres toreros pusieron lo que les faltaba a los toros.En cuanto a presencia, impecables para una plaza como Valencia. Que depende mucho de quien se anuncie en el cartel.

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