martes, agosto 26, 2008

Las crónicas de la tarde de Fuente Ymbro y Victorino en Bilbao (E. Lorenzo)


Copio lo que escribe sobre El Fundi:
Capítulo aparte merece El Fundi. Verdaderamente meritoria su tarde de ayer, propia de un torero de pies a cabeza, de profesional como la copa de un pino, de un torerazo, en definitiva. Con el peor lote de la tarde, un lote con problemas, con castita, con dos toros más en alimaña aunque sin serlo del todo, sacó pundonor y profesionalidad para realizar dos faenas con exposición, dando la cara, sacando agua de donde no había.
Me gustó de verdad, y me gustó porque a diferencia de las figuras y habiendo visto todo el público los problemas que tenía su lote, no dudó en ponerse en el sitio, en hacer las cosas bien y en un gesto de casta y de vergüenza torera resolver y dar la cara ante un papel nada fácil. Tiró de los toros, arriesgó, no volvió la cara en bastantes puntos de ambas faenas sacó tandas de mérito aguantando miradas, parones y tarascadas de los encastaditos toros de Victorino. Después de mucho tiempo saqué el pañuelo. Se lo merecía.

Fotografía: Juan Carlos Terroso para Burladero.com

2 comentarios:

  1. Ayer tocó "alivio de luto" y en Almeria le cortó las orejas a un toro de Cebada (al que le dieron la vuelta al ruedo).

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  2. A mi también me gustó El Fundi, y me emocionó por su profesionalidad y valor seco, sin alardes, de verdad.

    Y quiero romper una lanza por Urdiales, que también me levantó del asiento en algunos pasajes de su actuación. Ver a un chaval que ha toreado tan poco intentando cuajar a un Victorino, con casta y poder, con un toreo puro y profundo, a mí, personalmente, me puso la piel de gallina. Que igual en otras manos, la faena hubiera sido más rotunda y completa, probablemente, pero hay que reconocerle al torero los méritos.

    El que estuvo para no volver a verle fue Ferrera. Me ha sorprendido leer las distintas crónicas porque se habla de una actuación digna y aseada. Para mí, estuvo mal, rematadamente mal y dejándose ir un toro de escándalo, el quinto. Un astado que no tenía las complicaciones de tercero y cuarto, esas dificultades que plantea la casta, pero que, en cambio, tenía nobleza y fijeza a raudales. ¡Cómo embestía por el derecho! Vaya lujazo. Y Ferrera no supo que hacer con él.

    Un saludo
    Leti

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