lunes, octubre 05, 2015

Sobre Rafaelillo

El aire y la manera de estar y arriesgar de Rafaelillo encontraron eco perfecto. Esa gota ya no tan nueva en él de sosegada y natural torería: el modo de entrar en suerte y salir de la cara, los tiempos, la calma de muletazos sueltos a cámara lenta, el orden y la disciplina de dos trabajos nada sencillos: por la manera de probar, tardear y avisarse el primero, por la forma de apalancarse el cuarto y consentirle sus inciertos viajes a media altura.

Barquerito

Grande, grande, Rafaelillo, hecho un torerazo con el brusco primero, ante el que derrochó valor e inteligencia. 

Antonio Lorca

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