viernes, septiembre 05, 2008

“Lo que pasó en Granada ¿...?, ponerse en su sitio” (D. José Mª Martínez del Pino)

Javier te envío un artículo sacado de la revista "La Montera" por si lo consideras interesante .

Artículo publicado en el nº 109 de junio de 2008 de la Revista Gráfica cordobesa “La Montera”, escrito por el veterinario D. José Mª Martínez del Pino, titulado “Lo que pasó en Granada ¿...?, ponerse en su sitio”
Miren ustedes lo que de verdad da miedo a los toreros, además de otras particularidades zootécnicas del toro como la edad, fuerza y casta, son las puntas de los cuernos íntegros con su diamante y forma de pico de pato y por eso además de otros motivos económicos se caen del cartel cuando la autoridad y los veterinarios en un último y perdido intento desesperado tratan de “ponerse en su sitio”, en defensa de los intereses del que paga, sea público ocasional o aficionado.
Y así debería ser en todas las plazas de Andalucía y de España, pero por desgracia estamos asistiendo a tal despropósito de los taurinos que la manipulación de los cuernos, en el argot chiquilicuatre “afeitado2, está llegando a límites insospechados y alguien debería poner solución a esto.
Decía nuestro querido y recordado profesor D. Francisco Santiesteban, catedrático de la Facultad de veterinaria de Córdoba, que a los toros de ahora les pasa como a las actrices de cierta edad, “no resisten en la televisión un primer plano de la cara” y menos en las plazas de 2ª.
El fraude del afeitado parece que también se ha socializado y ha llegado a todos los rincones y a todas las plazas, con nuevas técnicas y más sofisticadas para que al veterinario le resultara más intimidante detectarlo y manifestarlo en un acta, al menos eso creían los taurinos pero he aquí que el nuevo reglamento andaluz consensuado por ellos en su articulado determina : Que si el equipo veterinario por unanimidad “sospechan” de la manipulación artificial de los cuernos en una res, el ganadero podrá presentar otra en su lugar o bien lidiarla bajo su responsabilidad para ello deberá firmar el correspondiente acta antes del sorteo de lo contrario el presidente obligatoriamente lo rechazará.
Que pasó este año en Granada, pues sencillamente que en Granada como en la mayoría de las plazas de Andalucía no se presenta ni un solo toro íntegro en los reconocimientos, y como los taurinos abusan ignominiosamente en la longitud del corte, llega un momento en que la autoridad y los veterinarios se cansan de tragar y aguantar tal despropósito y aunque sólo dure cinco minutos dan el golpe encima de la mesa y dicen ¡ya está bien!.
En Granada y en Andalucía sospechar de la manipulación es garantía de éxito en todos los sentidos, y claro los ganaderos que no están acostumbrados a que esto les pase en el resto de plazas que tragan, se agarran al último clavo ardiendo que tenían para vender y ponen el grito en el cielo ¡digo, sospechar de mí!, y para colmo los taurinos y las empresas los han hecho a ellos responsables y encima ahora van a tener que pagar.
Así de fácil y así de sencillo, “sospecho” que sus toros no están íntegros, por este y por este motivo, si usted ganadero dice que sus toros no están afeitados firma y los lidia, se mandan los cuernos a analizar y su responsabilidad dependerá del resultado del análisis. Usted sabrá por qué no ha querido firmar y se ha llevado la corrida entera, a lo mejor es porque el año pasado firmó, se mandaron a analizar y dieron positivo, vamos que estaban afeitados en el campo, en los corrales y en la plaza de Granada.
La empresa en un intento de apoyo le echó la culpa a los veterinarios y a la Junta de Andalucía porque no van al campo a reseñar los toros.. Acaso ir al campo a reseñar los toros da garantías que no van a venir afeitados, hablemos claro, al campo se puede ir cuando no se sabe el prototipo de toro que se lidia en una determinada plaza, pero hombre si el toro de Granada está más que fijado y nadie lo ha discutido nunca, bajo, bonito, armónico, con pecho ancho, con morrillo desarrollado, con culata rematada y bien hecho, que no se coma a nadie, con un peso medio de 510 Kg., con cara de toro y con los cuernos y pitones íntegros, tan difícil es, acaso la empresa no sabe lo que tiene que traer y el aficionado quiere, el aficionado, la autoridad, los veterinarios y todo el que sabe algo de esto no quiere mastodontes de 600 Kgs. para la carne, con algo de pala para que parezcan que tienen cuernos pero sin pitones y sin integridad y para eso ni es necesario desequilibrar el peso ni hace falta ir al campo, al campo se va de perol a comerse un arroz como dicen en mi tierra.
Plantear un viaje de 1000 Kilómetros en fin de semana en lugar de estar con la familia, con todo-terreno maravilloso, hotel incluido y gastos pagados por las empresas para reseñar toros para que luego llegue el veedor de la empresa, el torero, el padre del torero, el banderillero de confianza y el apoderado y diga a la empresa este no megusta, aquel tiene mucha cara algo habrá que quitar y aquel sube mucho, este otro dices que se ha muerto o que no encuentras el certificado de nacimiento y me lo cambias por aquel que está más en tipo y tiene mejor “expresión”, pues mire usted a mi me parece una pérdida de tiempo y una tomadura de pelo a hombres hechos y derechos honrados a carta cabal, con una trayectoria profesional intachable y curtidos en mil batallas y si no que se lo pregunten a algunos presidentes que ya han ido al campo y van a terminar por preferir el perol con sus amigos.
Se ha dado incluso la circunstancia, asómbrense ustedes, que a algunos equipos les presentaban los toros en el campo con fundas de los pitones puestas (ya saben la innovación del momento dicen que para que nos se dañen) que es tanto como decir que en una rueda de reconocimiento de la policía a los chorizos los presenten con la cara tapada con una capucha para que no se rían. Se debe admitir semejante cachondeo.
Miren ustedes el reseñar los toros en el campo fue un invento de la empresa de Sevilla que al tener dificultades en los corrales de la maestranza y estar la mayoría de las ganaderías en aquella zona les venía bien que los veterinarios fueran al campo evitándose el coste económico añadido del camión y problemas en el manejo, también fue una solución institucionalizarla en el nuevo Reglamento. Y hay que decirlo para dar respuesta oficial y justificar lo que estaban haciendo mal algunos criticados presidentes bien avenidos con las empresas a escondidas los fines de semana por motivos que desconozco.
Pero créanme, en el resto de las plazas no sirve para nada y hasta resulta contraproducente para la autoridad porque se utiliza como una medida más de presión en los reconocimientos. ¿Cómo dice usted ahora en la plaza que este toro no vale si me dijo en el campo que sí?. Claro en el campo estaba íntegro y en los corrales le faltaba demasiados centímetros de pitón. Y a saber si en el campo no estaba afeitado.
Creo que tal como están las cosas la única solución al problema pasa porque se permita oficialmente la posibilidad del “despuntado” de todos los festejos y sólo se anuncie en el cartel la “corrida íntegra2” y así todos, empresario, ganaderos, autoridad, veterinarios y aficionados nos evitaremos el continuar haciendo el ridículo que se está haciendo ante un problema que los taurinos solucionaron hace ya bastante tiempo. Eso o ir a Madrid y no a todas.
Nota: este artículo ya lo recogió en su día Agustín Hervás y lo recogimos en el blog; pero no está de más volver a copiarlo.

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