martes, junio 15, 2021

Breves reflexiones taurinas sobre una cita de Charlie Chaplin (solymoscas)

 


 En agosto de 1931 Charlie Chaplin asistió a una corrida de toros en la plaza de San Sebastián. Tras finalizar el espectáculo realizó la siguiente declaración:

“In bullfights, everything is combined: color, gaiety, tragedy, bravery, talent, brutality, energy and strength, grace, emotion... It is the most complete of all spectacles. From now on, I cannot do without bullfights.”

"En las corridas se reúne todo: color, alegría, tragedia, valentía, ingenio, brutalidad, energía y fuerza, gracia, emoción... Es el espectáculo más completo. De ahora en adelante, ya no podré seguir sin corridas de toros».

No he podido dejar de fijarme en un aspecto de la cita que viene a poner en evidencia ese tostón amanerado que podría calificarse como tauromaquia contemporánea.

Y es que, a pesar de utilizar 10 términos para calificar el acontecimiento que acababa de presenciar, entre los mismos no hay uno solo que haga referencia a las cualidades artísticas del mismo. Por decirlo de otra manera: ni una sola de estas palabras se podría encontrar dentro de una crónica de esa cosa a la vez patética y ridícula llamada Cultoro.

Se puede alegar que el color y la gracia poseen cualidades estéticas evidentes, pero no directamente relacionadas con el ámbito de la creación artística. Es indudable que una corrida de toros es un espectáculo colorido, pero esa es su esencia, no una creación premeditada de ninguno de sus actores.

La gracia, por su parte, se define en el diccionario como “elegancia, armonía y desenvoltura de los movimientos de una persona o un animal”, con lo que viene a convertirse en una cualidad más, pero no la intrínseca. Se podría casi llegar a decir que es una especie de broche a todo lo anterior.

Sin embargo, términos como “tragedia”, “valentía”, “ingenio”, “brutalidad”, “energía”, “fuerza” o “emoción” parecen sacados de una obra de Homero. La brutalidad de Aquiles, la valentía y fuerza de Ajax, el ingenio y energía de Ulises... lo que nos lleva a pensar que la corrida contemplada por Chaplin se pareció más a un combate heroico que a un ballet aflamencado rebozado en sangre.

Ahí lo tienen, la opinión de uno de los grandes artistas de la modernidad está más cerca de la de cualquier de esos aficionados calificados como talibanes o trogloditas que de la de esos pedantes popes del horterismo que nos torturan con sus abortos de sicofante desde sus medios de deformación.

Con el triunfo de este esteticismo falso y barato, porque eso es lo que es, más cerca de Locomía que de un ballet ruso, se ha llegado a una situación tan deprimente y bochornosa que no me extrañaría que, si Chaplin hubiera vuelto a los tendidos de una plaza de toros hoy en día, al salir hubiera declarado algo por el estilo:

“En las corridas se reúne todo lo malo: aburrimiento, monotonía, cobardía, picaresca, vandalismo, abulia y borreguismo, falta de gusto y sordidez... Es el espectáculo más horrible que existe. Creo que no volveré en mi vida a una corrida de toros”.

Y a muchos buenos aficionados no les hubiera sonado raro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario