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La autoridad, empresas, profesionales del toreo y medios de comunicación están obligados a realizar un esfuerzo grande para entre todos devolver a nuestra Fiesta su esencia máxima de arte e integridad, desterrando los actuales usos de los monopolios y la manipulación que impiden una tauromaquia digna, donde el toro salga en plenitud de su raza y solamente toreros capaces de ofrecer estética, emoción y riesgo los que realmente triunfen.
Si se respetaran estos principios, creo que no sería necesario declarar los toros de ninguna forma para protegerlos. Así se protegerían solos y quedaría patente su fortaleza para aguantar los ataques antitaurinos. Para lo que no está preparada la fiesta actual es para soportar los ataques de los propios taurinos.
ResponderEliminarSuscribo el manifiesto.
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