Con la ganadería de Garcigrande no es extraño el baile de corrales en Sevilla. Hasta 14 toros se reconocieron, según el parte de la autoridad, para no aprobar ni una corrida completa. Solo cinco toros de la ganadería titular saltaron a la arena. Pero es evidente que esto es un problema generalizado en la cabaña brava actual, donde los apoderados y las figuras (el cliente que cobra), han venido exigiendo un producto cada vez más noble, más “toreable” y con menor poder. La consecuencia es un toro cada vez más descastado y menos bravo que no convence al aficionado (el cliente que paga). En vez de montar un espectáculo al gusto del aficionado, se monta al gusto de los toreros.
Ignacio Sánchez Mejías - Aquí la crónica " Otra tarde vacía"-
Hasta catorce toros de Garcigrande reconocieron los veterinarios para elegir cinco de feas hechuras y de muy escaso trapío. Si a estas alturas de la película un criador de postín no sabe el tipo de toro que debe traer a Sevilla, una de dos: o es un pésimo ganadero o no le tiene respeto alguno a esta plaza. Cualquiera sabe…
Antonio Lorca - Aquí su crónica , "El aburrimiento puede matar" -
Foto: Peter Marlow
No hay comentarios:
Publicar un comentario