Cuatro
toros complicados, mansos y problemáticos –peor el quinto,
descastado a mi juicio- de la Sociedad Agrícola Couto de Fornilhos,
con mal genio, broncos e inteligentes -con una sorprendente capacidad
de aprendizaje para la estupidez generalizada por la LOGSE ganadera
actual-, y los mismos se empeñaron en darle el mismo trato y los
mismos pases que a las mismas borregas del encaste habitual… ¡qué
pasión incontrolada o incontrolable!
(...)
el buen aficionado nunca se substrae
del juego del toro, y por eso exige que a cada cual se le dé la
lidia que requiere, y no ese sinsentido de mil trapazos al natural
por faena, salga lo que salga. Pues que no, oiga, los toreros, fieles
al guión preestablecido por Julián y compañeros mártires, se
empecinan en darle al buey más rajado, al mulo más infame, a la
cucaracha o al marrajo más alevoso, los novecientos noventa y nueve
muletazos de la Sharía taurina post-moderna.
Ayer, tres toreros modestos, alguno
modestísimo, se empecinaron en el mismo error… para su
pecado, adversidad, desgracia y las nuestras. Mil trapazos al coste
que sea, pase lo que pase, aunque cunda la desilusión, el tedio o la
desesperación entre los aficionados; ya habrá gente en los tendidos
que aplauda -siguiendo perfectamente el guión- la concatenación
inútil e inoportuna, improcedente e imprudente de muletazos. ¡Hay
gente pa tóo!, que dijo el Guerra.
Rafael Cabrera - Empecinados en el error -
estoy seguro que cualquiera de los no modestos habrian cometido los mismos errores con este ganado, no carguemos las tintas contra ellos que bastante hicieron con aguantar el chaparrón que se les vino encima
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