miércoles, abril 15, 2009

Antonio José ha vuelto de Arles...


-No es extraño que en Arles fotógrafos, músicos, pintores, literatos y bohemios hayan encontrado un refugio ideal. Lo extraño es que el resto podamos vivir la vida sin estar en contacto directo con el arte, la cultura o la tauromaquia (no digo ir a los toros, sino vivir en aficionado).
-Había pretendido escribir sobre la corrida de Miura que presencié en el Anfiteatro romano de Arles, corrida caducada como los yogures, con tres toros cerca de cumplir los 6 años y otros tres con cinco largos, febles y poco parecidos a los legendarios toros de esta ganadería, de astigordos pitones en la mayoría de los casos. Hubiese querido escribir de Padilla y su show sin sentido de la medida y la gracia; del valor y de la verdad de Rafaelillo con el único Miura que se parecía a un Miura; de las buenas intenciones y el poco corazón de Julien Lescarret; del alegre, festivo y facilón público que atestaba la maravillosa construcción romana… Hubiese querido escribir de eso, pero creo que es secundario.
Nota; si, en este caso es secundario
Nota1: ¿No hay una concurso en septiembre?
Foto: Antonio José

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