Aquí no crían un toro que embista tranqueando o gateando, tan del gusto de las figuras...Buscan el que embiste por derecho, con todo, y galopa hasta el final. Y si el torero quiere que se ralentice, ahí está el secreto de Belmonte: que lo temple y lo toree en redondo, dándole la distancia en vez de acortársela. La emoción más pura nace del embroque comprometido al que sigue el muletazo templado, dejando salir al toro al final del mismo, en vez de taparle la cara para mantearlo preso de un carrusel perverso que da la espalda al toreo verdadero
André Viard - EL albur de los Albujeros , en el Opus 33 de Tierras Taurinas
Foto: Paquirri y "Buenasuerte" de Torrestrella
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