En
los cercados de Garcigrande y Traguntia, las dos fincas que Domingo
Hernández posee en Salamanca, su hijo Justo cría el toro del
«tercer grado» necesario para la Fiesta 2.0; del mismo modo que,
hace un siglo, el toro moderno se concibió en Juan Gómez, bajo la
tutela de Murube.
En ambos casos, el futuro se contempla a través de los ojos del torero : Joselito entonces, El Juli hoy. Los gustos del primero desembocaron en la supremacía de la parte de Murube, que acabó en manos de Ybarra y después Parladé. En este opus nos planteamos si, actualmente, Domingo Hernández y su hijo Justo, con el apoyo de El Juli, están creando el toro del futuro a partir de esta misma rama.
No deja de resultar paradójico: para los aficionados toristas, dicho toro –al que a menudo llaman «Garcichico» o «Mansigrande»– es sinónimo de decadencia total, mientras que, para los toreros que se lo rifan, supone una garantía de triunfo. Gustos a un lado, el caso merece una investigación, incluso si la tarea resulta tan compleja como distinguir un objeto volador no identificado (OVNI). Sin embargo, al tratarse de la ganadería –dos, en realidad– que más éxitos ha propiciado en los últimos años merced a su regularidad, urge desempeñar esta empresa. Al fin y al cabo, posiblemente, en Garcigrande, se está cociendo el porvenir de la Fiesta...
En ambos casos, el futuro se contempla a través de los ojos del torero : Joselito entonces, El Juli hoy. Los gustos del primero desembocaron en la supremacía de la parte de Murube, que acabó en manos de Ybarra y después Parladé. En este opus nos planteamos si, actualmente, Domingo Hernández y su hijo Justo, con el apoyo de El Juli, están creando el toro del futuro a partir de esta misma rama.
No deja de resultar paradójico: para los aficionados toristas, dicho toro –al que a menudo llaman «Garcichico» o «Mansigrande»– es sinónimo de decadencia total, mientras que, para los toreros que se lo rifan, supone una garantía de triunfo. Gustos a un lado, el caso merece una investigación, incluso si la tarea resulta tan compleja como distinguir un objeto volador no identificado (OVNI). Sin embargo, al tratarse de la ganadería –dos, en realidad– que más éxitos ha propiciado en los últimos años merced a su regularidad, urge desempeñar esta empresa. Al fin y al cabo, posiblemente, en Garcigrande, se está cociendo el porvenir de la Fiesta...
Nota: Aquí la editorial
Llevo coleccionando los números de la revista desde la primera entrega, y hasta el n. 33 todo bien.
ResponderEliminarEn ese número 33 pone en portada el retrato de Paquiro, pero dentro se cuelan unos artículos elogiativos de Nuñez del Cuvillo. Ahora, ya sin ningun rubor, sale una entrega tratando de contemporizar con la peor lacra que padece la Fiesta, es decir Julianin y sus Garcichicos. Ya está bien, Mr. Viard, con su pan se lo coma. Ha perdido un cliente, o mejor dicho, dos, porque un amigo me ha dicho que va hacer lo mismo, dejar de comprar la revista.
Saludos.
Tauro
Los Bambichicos, los cuvis y cia son parte , aún a nuestro pesar, de la fiesta actual. Creo que el trabajo de Tierras Taurinas necesita completarse dando voz a estos gana...
EliminarPues, que tengan voz, y ya puestos, que nos expliquen el escándalo de traer toros desmochados a la Feria del Toro de Pamplona. Siempre que el periodista se lo progunte...y va ser que no.
EliminarAl Sr. Viard siempre le ha gustado poner una vela a dios y una al diablo. En todo caso está libre de escribir y publicar lo que quiera, y nosotros de comprar o no su revista.
Un saludo.
Tauro
Eso está claro.
EliminarSaludos, Tauro
pues menudo porvenir nos espera....
ResponderEliminarTierras taurinas.....ha muerto.
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