El
animalísmo es una religión. No apela a razones, se basta con
mostrar emociones. La fe ciega transmite la agradable sensación de
tener el cien por cien de la razón. Ningún atisbo de autocrítica,
oscurece su horizonte.Toda religión necesita una cruzada contra los
descreídos, contra los no creyentes. Estamos en medio de una
cruzada, financiada y atizada por ignorantes y por intereses
mediáticos. ¡Que Dios nos pille confesados!.
JUANSINTIERRA
Citaré
uno solo de los miles de comentarios publicados en los medios, que me
parece luminoso al respecto: “Hoy han asesinado a un ser haciendo
correr ríos de sangre inocente, y ese asesinato miserable ha sido
haciendo sufrir al máximo a un ser inocente, un ser con
sentimientos, que siente dolor y que sufre”. Ni yo, ni esta persona
ambicionamos el Nobel de Literatura, pero nada como esta redundancia,
esta machacona repetición de palabras y adjetivos, consciente,
voluntaria, podía ilustrar mejor el “colocón” dolorista, la
borrachera compasional. Me produce la sensación de un motor que gira
en vacío, pasado de revoluciones y con riesgo de explotar. Ni esta
persona ni los miles que han clamado su indignación en las redes
sociales se expresarían de esa forma hemorrágica para comentar la
violencia o el dolor humanos. Este exhibicionismo patológico de la
propia bondad caracteriza los proselitismos religiosos más propensos
a la violencia ciega contra quienes rechazan sus dogmas. Es el
lenguaje, hoy, de los islamistas más sanguinarios. Apuesto que ni
uno de estos miles de comentaristas ha dedicado una línea al
suplicio atroz de David Haines y de hacerlo alguno, puedo asegurar
que el tono sería comedido, porque “buena parte de la culpa la
tenemos los occidentales y no conviene satanizar al otro”. Salvo si
es aficionado a los Juegos y Ritos Táuricos.
Jean
Palette-Cazajus - Aquí el artículo completo-
Foto: Oscar Pozo
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