martes, septiembre 01, 2015

Exposición Taurina de nuestro amigo Enrique Martín Muñoz en Logroño



"Un artista ha de ser único. Un mundo en sí mismo!."       A. Rubinstein.

Logroño ofrece todos los motivos que el deseo por disfrutar de la vida puede apetecer.
Afronta en breve su feria de San Mateo y la ciudad se engalana para abrir, generosa, brazos cálidos dónde refugiar tedio o monotonía cotidiana.
La capital riojana aprovecha en esos días, para revisar afición taurina y deleitar a propios y extraños con un amplio abanico de muestras culturales que recuerdan y difunden la verdadera esencia de la pasión por la Fiesta de los Toros.

Organizado por la" Peña Taurina El Quite de Logroño" llega la siempre esperada huella de un artista tan sorprendente como personal.
Enrique Martín" mira" la Tauromaquia y nos hace partícipes de forma activa en un universo único a la par de soñado por disfrutado y vivido.

Acercarse a la  obra de esta artista madrileño es un regalo para el espectador en general y para el aficionado que, muy íntimamente puede reconciliarse con los fundamentos básicos de la verdadera Tauromaquia.
Pero. sin duda, lo más valioso del trabajo de Enrique Martín reside en la agradable y seductora impresión que atrapa más allá de la belleza estética, la variedad cromática o la intensidad de imágenes, adueñándose humildemente de la reflexión envuelta en deleite para quienes tienen el privilegio de acercarse a sus obras.

Los toreros de Enrique Martín son esos héroes que siempre le causaron respeto y admiración porque nadie como ellos vivieron el riesgo sin adulteraciones ni falsas promesas y, de esta forma, conocieron el sufrimiento que encarna el peligro, llegando así a saborear la gloria en su máximo esplendor, teniendo de frente a un compañero leal que les permitiese desarrollar valor y dominio con la verdad por bandera.

Sus toros representan todo aquello que provoca admiración y esa misteriosa fascinadora atracción por un animal majestuoso y único.
Los toros de Enrique Martín son los toros que a todos nos gustaría ver en el ruedo y, de esta forma, rinde ilustre homenaje a quien todo sustenta como vital enamorado de la particular majeza del bravo animal.

Disfruten pues, de la magia del tiempo detenido en ese instante de espíritu creativo y permitan a sus sentidos el intenso capricho de la emoción con el arte de la Tauromaquia con mayúsculas porque Enrique Martín Muñoz no sólo sueña el toreo, Enrique Martín, además, vive el Toreo.

Gloria Cantero



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