El cuarto toro,
de nombre Hortelano y castaño era el toro soñado por cualquier torero para
lograr un triunfo absoluto en Madrid, la plaza más importante del mundo, llegó
a la muleta, a pesar de la paliza que le proporcionó el Fandi en banderillas
(puso cuatro pares), con una embestida noble y larga, tomaba el engaño metiendo
la cabeza y no hizo nada que pudiera perturbar la tranquilidad del torero. Pero
se encontró con El Fandi que no supo sacar el más mínimo provecho de sus
magníficas cualidades y se fue al desolladero con las orejas puestas.
Y nos preguntamos
qué hace el Fandi en un cartel de la feria de San Isidro, un torero que no sabe
torear, ni con el capote ni con la muleta, que basa su actuación en el tercio
de banderillas que pone con evidente desacierto, a toro pasado y sin cuadrar en
la cara nunca, la única virtud que posee es el cite a los toros a cuerpo limpio
y las carreras que se da por el albero a modo atleta, corriendo hacia atrás en
la cara del toro, pero torear no torea.
Mucha pena nos ha
dado también que una pequeña parte del público pidiera la oreja, eso nos da una
idea de cómo está el momento de la fiesta, el público se deja engañar con
demasiada facilidad ayudado por voceros que pretenden apabullar a la poca
afición conspicua que queda. Sobre ellos caiga la responsabilidad del fin de la
tauromaquia.
Tampoco entendemos qué hacía Perera en este cartel,
Perera está entre los toreros punteros y se merece venir con otros toros y
mejor acompañado. Quizá las decisiones de los despachos le han obligado, en
vista de los cual ha venido a pasar la tarde sin entrar en la corrida para
nada. Bien es cierto que su lote no parecía de garantía, pero su actuación
debió ser más intensa, sus dos toros en un momento de la faena mejoraron la
embestida y a partir de ahí él no quiso torearlos. A Madrid hay que venir con
otra actitud.
Suponemos que
Garrido torea donde le mandan y no puede elegir ni compañeros ni ganaderías,
pero siempre puede aprovechar para mejorar con la muleta que todavía tiene esa
parte muy verde.
Los toros de hoy
no se han picado, y llevamos así varios días, son una birria tanto por fuera
como por dentro, salvo el cuarto según hemos dicho. Los presidentes se limitan
a sacar el pañuelo a sabiendas de que no se ha cumplido con el requisito de
picar.
Y una parte del
público pidiendo orejas, y los voceros jaleándoles.
Así nos luce.
Jandro
Miguel Angel Perera es un matador que Madrid le perdona cosas que no perdona a otros toreros. A mi modo de entender, y no digo que sea mal torero, puesto que templa y manda a los toros, no se pone nunca delante de éstos, siempre torea al hilo del pitón y sin cruzarse. su concepto no es el de torear de frente ni echar la pata alante. Esto suele generar protestas a otros que ayer no ví.
ResponderEliminarCon Perera ocurre como con otros toreros que no teniendo fondo de valor, ni de afición, gastan su escaso deposito en una o dos temporadas y luego a aburrir a las ovejas. Perera, ya las ha tenido. Recuerdo aquella temporada en la que le plantó cara al mismísimo José Tomas. Luego vinieron cornadas y un periodo en el que "parecia que", pero ese corto periodo de renacimiento pasó y ya lleva dos en las que torea de perfil, acorta la embestida del toro para hacer su show "del parón" con péndulo y circular invertido y a otra cosa. Y es que Perera es muy aficionado a vestirse de verde. en mis mas de treinta años de abonado, no recuerdo faena notable a ningún torero vestido de verde. El verde es color perfecto para las acelgas, pero ni Antoñete, ni Ricón, ni Curro ni Paula, ni Jose Tomás, se vistieron nunca de semejante color. Por algo será. JUANSINTIERRA
ResponderEliminarSeguro Juan, por algo será, pero tuvo una magnífica actuación en las Ventas hace ya varios años que recordamos siempre, fue una gran faena al día siguiente de una actuación de José Tomás. No sé si ese día vestiría de verde.
ResponderEliminarEl verde sólo le sienta bien al Betis.
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