Toros de Núñez
del Cuvillo para Juan Bautista, Alejandro Talavante y Roca Rey
Seguimos con el
mismo problema que es el problema fundamental: los toros que saltan al ruedo de
las Ventas no cumplen las expectativas de calidad, bravura y casta mínimas
exigibles en esta plaza.
Los toreros se limitan a intentar sacar provecho a lo que sale por toriles
sin ninguna convicción. Ante la contrariedad más mínima claudican o se alivian
sin rubor.
El resultado es
un espectáculo vulgar carente de interés sin transmisión de emoción alguna.
Los toros
enviados por el ganadero eran un muestrario de capas pero con el denominador común
de la invalidez, especialmente el cuarto que mantuvo en el ruedo el presidente
Don Trinidad contra la oposición de toda la plaza por su evidente invalidez absoluta,
el resto muy flojos y muy mansos, todos cayeron en algún momento de la lidia.
El segundo fue el único que empujó en el caballo, en el segundo encuentro
precisamente, cosa rara cuando del primero había salido huyendo como sus
hermanos. Todos buscaban las tablas para refugiarse, eludiendo los encuentros
con los capotes.
Misteriosamente,
los toros de esta ganadería, cuando ven la muleta embisten, aunque se tengan
que arrastrar para ello, toman treinta o cuarenta pares sin rechistar, sin mover
la cabeza un ápice facilitando al torero el lucimiento, ignoramos el secreto de
este fenómeno que viene repitiéndose hace tiempo y que hace a esta ganadería la
preferida por las figuras que aprovechan o lo intentan esta fabulosa condición.
El quinto era un
poco menos complaciente y Talavante se hubiera ahorrado la cornada si lo
hubiera tenido en cuenta, si se hubiera puesto en el sitio de torear, sometiera
el toro con la muleta adelantada para no dejar al toro buscarle y encontrarle.
En cualquier
caso, muy torero Talavante no se ha retirado a la enfermería hasta no rematar
la faena, matar de bajonazo y recibir la oreja de manos del alguacilillo.
Le deseamos un
pronto y rápido restablecimiento y deseamos verle en los dos compromisos que
tiene en Madrid en plenas facultades.
Juan Bautista se
ha empeñado en hacer una faena al invalidísimo cuarto como si se tratara de un
toro sano y así ha arrojado a la arena el falso estoque para torear al natural
con la derecha y ha entrado a matar al encuentro después de una faena excesivamente
larga y vulgar en la que se ha pedido reiteradamente la finalización por la vía
más rápida posible para evitar el espectáculo del toro arrastrándose sin
fuerzas detrás de la muleta. También ha alargado sin motivo la faena a su
primero que era un toro repetidor sin transmisión alguna. Lamentable.
Roca Rey ha
terminado de descordar a un mal toro sexto con unos trapazos horrorosos con los
que pretendía emular a Castella con su famoso pase cambiado y ha tenido a bien
matarlo rápido toda vez que el toro no se tenía en pie. Muy flojo ha estado
Roca Rey esta tarde cuando generaba tantas expectativas, algunos quites muy
aparatosos que desgastaban las pocas fuerzas de sus astados, las bernardinas de
rigor al tercero, pero nada en absoluto de buen toreo, con clase y enjundia.
Bueno ninguno de
los tres ha intentado ni logrado ese deseado toreo que deja a la plaza callada,
con la boca abierta y pendientes de lo que ocurre en el ruedo, en cambio el
bullicio, el ruido, las frases pretendidamente ingeniosas y las recriminaciones
entre el respetable componen un murmullo que despistan la atención y hacen
imposible la concentración en el espectáculo. Lamentable también.
Jandro
miércoles, 24 de
mayo de 2017
A mí me ha parecido una corrida vulgar, con toros con el peso que dicen que deben tener, de diferente comportamiento, como es natural que suceda, flojos en general y casi todos buscando tablas y con peleas desiguales en el caballo. A tenor de los comentarios de los maestros Rincón y Muñoz, un sector de la Plaza había ido deliberadamente a reventar la corrida con sus protestas. Han dado por bravo al segundo toro sin decir que era bueno y se han referido al cuarto como el que mejores embestidas ha tenido. Y es que las protestas en Madrid, por lo visto, no son consecuentes con lo que en el ruedo se vé. De los matadores, al único que destacaría, sería Talavante. Y desgraciadamente hoy, apenas recuerdo nada de la corrida. Un saludo.
ResponderEliminarEn mis inicios como aficionado, allá por el Siglo XX, un viejo aficionado me dijo:"las buenas faenas se hacen en un capacho". Es decir, que debe haber tal armonía entre toro y toreo que sus encuentros deben transcurrir en una porción pequeña de la plaza. Talavante no lo sabe. Talavante torea sin mando, dejando al toro la amplitud total de la dehesa. Esa manera suya de no abrochar el muletazo a la cadera, ahorrándose de paso el primer tiempo del muletazo, deja al toro desamparado, sin control ni orden. Ese es el sello de este torero que primero "compone" y luego si eso, torea. Ayer se dejo ir dos toretes de puerta grande y una cornada y todo por esa desidia, por esa falta de unidad. Talavante se rapa tanto el pelo del cogote, que se me antoja que es un tipo tozudo y no va a rectificar. JUASINTIERRA
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