Toros listos los
de esta ganadería, sabían latín y aprendían griego durante la lidia, buscaban a
los lidiadores, les esperaban, les acechaban y al menor descuido atacaban con
saña. Protestones: en cuanto se veían toreados se rebelaban, se iban de la
suerte o se paraban bajo el engaño y tiraban gañafones a diestro y siniestro y
berreaban como posesos. Los arreones contra los caballos de picar eran
espectaculares, no rehuían el encuentro aunque luego salieran sueltos la
mayoría. Y buscaban mucho las tablas, lo que demuestra mansedumbre, poca casta
y mucho mal genio.
El sexto buscó a
Gómez del Pilar en su segunda verónica de salida.
La falta de
fuerzas y la blandura de manos colaboran en la tendencia que tienen a
defenderse.
Al primero le
mataron prácticamente en el caballo con dos puyazos criminales.
Cualquier cosa
que se les haga a estos toros tiene mucho mérito porque acumulan todas las
dificultades habidas y por haber y para ponerse delante hay que ser un torero
con un valor extraordinario y mucho oficio que es lo que proporciona cierta
seguridad imprescindible para aguantar miradas aviesas, tarascadas y embestidas
pavorosas.
Rafaelillo es un
gladiador de los ruedos y tiene mucha experiencia en corridas duras, su lote de
esta tarde no le ha permitido lucirse pero ha probado sus dos toros por ambos
pitones. Lo ha intentado de verdad, no se podía hacer más quizá también porque
sus picadores le alivian el trabajo.
Alberto Lamelas
se ha topado con el primero de su lote que era imposible y también lo ha
probado sin resultados. Sin embargo el quinto toro le ha permitido dar algunas
series interesantes en medio de las tarascadas y los gañafones del animal.
Gómez del Pilar
ha tenido el mejor toro, el tercero de la tarde al que le ha hecho una faena intermitente
con alguna serie más que interesante, ha matado de estocada desprendida y ha
cortado una oreja que el usía ha concedido sin que hubiera petición mayoritaria.
En el sexto ha salido a por todas pero no ha podido ser, las condiciones del
morlaco le han impedido el lucimiento y no ha abierto la puerta grande que era
su legítima pretensión.
Tengamos en
cuenta que Alberto Lamelas y Gómez del Pilar son dos toreros que torean muy
poco, el año pasado nueve y dos festejos respectivamente, y tienen que venir a
Madrid a enfrentarse a lo más duro de la cabaña de bravo.
Agradecemos su compromiso
con la fiesta que demuestra que es posible enfrentarse a toros fieros y
complicados y que este espectáculo interesa al público que está pendiente en
todo momento de lo que pasa en el ruedo.
Suerte han tenido
los tres toreros y sus cuadrillas de salir con vida y sin mayores percances de
la tarde-trampa que les han preparado en la feria de San Isidro.
¡Gracias toreros!
Jandro
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