Es de agradecer
que Enrique Ponce, un torero con veintisiete años de alternativa, que tantos
años ha encabezado el escalafón y que ha triunfado en todas las plazas importantes
del mundo venga a Madrid dispuesto a triunfar y se emplee a fondo en ello desde
el primer tercio de su primer toro a quien ha perseguido por el ruedo hasta
embraguetarse con él en unas verónicas desmayadas muy sobresalientes y entre a
quites por chicuelinas bajando mucho las manos y consiguiendo alguna de gran
calidad, que ante la pérdida de su capote le quite uno a su subalterno para
seguir llevando el toro al caballo personalmente, que dirija la lidia con
sentido y responsabilidad y salga el toro que salga solucione las faenas
acoplándose a las exigencias del animal, la del segundo de la tarde con su típica
labor de enfermero a media altura y fuera de cacho, sin perjudicar al animal y
la del cuarto mandando en el toro para hacerle pasar por los aros necesarios y
dándose un arrimón de época, más valor ha tenido esta segunda faena porque ha
tenido que obligar al animal, consentirle y arriesgar mucho más que en la
primera.
Insistimos pues
en valorar la actitud y la disposición de ánimo que ha tenido Ponce toda la
tarde en la que ha demostrado un excepcional conocimiento del oficio, de los
toros, de los terrenos y del público al que ha conquistado de nuevo y después
de tantos años ha vuelto a abrir la puerta grande de las Ventas.
Enrique Ponce
sigue siendo el mismo torero ventajista de siempre, ahora con mucha más
experiencia, desde luego. Pero el que no es el mismo es el público de las
Ventas que ha bajado la exigencia a niveles mínimos y que ignora que ni los
toros ni las faenas, ni los pinchazos, ni las estocadas de Ponce eran
merecedoras de triunfo alguno y que no se puede abrir la puerta grande a estas
actuaciones para la galería en las que no hay toreo grande, hondo y dominador
hecho a un toro bravo.
No era el día de
David Mora que no ha estado acertado en toda la tarde ni en los quites en que
ha intervenido ni en las faenas realizadas, esperamos que el encontronazo con
el quinto toro al entrar a matar no tenga mayores consecuencias y esperamos
verle pronto en plenas facultades y con astados que ofrezcan posibilidades de
triunfo y no con estos mansotes y poco encastados animales ásperos y
descompuestos.
Varea ha tenido
un morlaco enorme para su confirmación y quizá el mejor de la tarde para cerrar
la corrida, no se ha acoplado con ninguno de los dos, esperamos verle en el
futuro con mayor fortuna y le deseamos una brillante carrera como matador de
toros para lo que tiene que trabajar muchísimo.
Esta tarde Ponce
ha demostrado que es el más listo de la clase.
Jandro
Creo que esta Feria es la peor que he visto hasta ahora. Ha bajado mucho la casta de los toros, la disposición de los toreros y sobre todo, y es lo que mas me preocupa, la afición. Esa afición seria, exigente, que no intransigente, que aplaude el toreo bueno y pita cuando se hace fuera de cacho y descargando la suerte. Ayer, cuando concedieron la oreja del segundo toro a Ponce, abandoné el local donde estaba viendo la corrida, por vergüenza ajena. Madrid no merece eso.
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