Como escribe nuestro amigo Juan:
-El flamenco como las cosas importantes de la
vida, requiere intimidad. Los teatros y auditorios nacieron para la música,
pero el flamenco no lo es. El flamenco es la radical expresión musical de una
forma de vida apasionada. Antes que el cante, del baile y de la guitarra está
esa forma de vivir que les da sentido.
-Algunos artistas son
humildes. Casi siempre los mas grandes. Pero esa humildad no es falta de
autoestima. Al contrario. El gran artista está tan seguro del valor de su obra
que lo que quiere es desaparecer en ella y hacerse invisible. Juana “La del
Pipa” es una gran artista. Un ser único en el que conviven sin molestarse, la
mirada de la niña con manos de paloma que fue, y la voz sobrecogedora y
torrencial de la mujer que es ahora. Desde la seguridad que le da pertenecer a
la estirpe de los Fernández, Juana apacienta sus croquetas de cocido, cantando
por soleá, como el pastor conduce a su rebaño.
-Actualmente, los artistas
humildes y geniales como Juana o como lo fueron Moraíto, Paco de Lucia o El Torta, mientras están vivos, no tienen derecho ni a un solo minuto de
televisión en prime-time. Mientras la televisión está en manos de impostores y
teleñecos, ellos tienen que morirse para que les hagan algo de caso. Mientras
están vivos, estos seres únicos cantan, tocan y hacen croquetas solo para los
que tienen la suerte de saber que aunque no los saquen en la tele, son ángeles
en prácticas de paso por la tierra.
¡El toreo es grandeza!
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