Antes la suerte de varas era bella e interesante. Servía para calibrar la bravura del toro, que, cuando era verdaderamente bravo, se arrancaba de largo, con alegría y con genio, chocando con el arte del picador, que le aguantaba , le detenía y no le asesinaba. Entre otras cosas, porque la vara se llamaba y era de detener; pero no de asesinar como ahora.
Hoy no cabe esa hermosa arrancada del toro, porque los toreros -desde la primera vara- colocan al toro a medio metro de distancia, casi debajo del hocico del caballo; y el picador desde arriba, amparado por el enorme peto, pincha , corta, raja, busca agujeros, ahonda, barrena, taladra y mata. Esto claro, no es agradable como espectáculo.Adolfo Bollaín (Los detractores)
Nota: En la actualidad en la mayoría de los festejos ni siquiera hace falta picar los toros por lo que este tercio se convierte en un triste simulacro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario