-Yo no soy de nadie; sólo del que lo hace.
Su exigencia es que salga el toro íntegro; que la lidia se ajuste a las reglas; que la presidencia cumpla y haga cumplir el reglamento. Si además hay toreo bueno, ésa ya será la felicidad. El aficionado puro vive la corrida desde sus prolegómenos, se fija en todo cuando sucede en el ruedo y en el callejón; observa, estudia, analiza, correlaciona; posee un sentido de la justicia estricto y su primer objetivo de defensa es la fiesta misma. El aficionado puro es beligerante con todo cuanto atente contra la autenticidad del espectáculo, con aquello que lo desnaturalice. Pero no es intrasigentea ultranza, pues, en sentido contrario, cuando hay toro íntegro, lidia verdadera, mérito del lidiador, se hace de miel. El aficionado puro , en realidad, es un bendito de Dios.
Joaquín Vidal (El Toreo es Grandeza)
Nota: Si, ya se que me repito
Pues repetir a Joaquín vidal, nunca será suficiente. Gracias por el apunte...Creo que me hace falta una relectura de este delicioso libro.
ResponderEliminarPuede ser que te repitas, pero está claro que, a pesar de todo, muchos no se enteran y, por supuesto, tampoco se dan por aludidos.
ResponderEliminarMuy bien, Javier...son cosas que es bueno sacar a "pasear" con la fecuencia necesaria para que hagan reflexionar al que quiera y sirva de refrescamiento de las "neuronas" pá evitar la "consanguinidad" que atonta.
ResponderEliminarPgmacias