martes, febrero 05, 2008

Silverio (Jorge Laverón)


Silverio Pérez ha sido el torero que mejor ha representado el alma mexicana. Silverio era un indio puro y un torero que transmitía la indolencia, la apatía, de su raza vencida. Cagancho, el maestro gitano, influyó mucho en México, Silverio asimiló el empaque, la dejadez del torero de Triana. El toreo de Silverio fue una confluencia de indio y gitano. Por eso le llamaron el Faraón de Texcogo. A Silverio como representante del alma mexicana le cantó el gran Agustín Lara, pero también el singular artista cubano Bola de Nieve.
Silverio Pérez en España dejó contadas muestras de su arte. Toreó poco -con regular éxito- y además lo impidió la guerra. En México Silverio fue el rival más serio que tuvo Manolete. Rivalizaron, se admiraron e intercambiaron conocimientos.
Igual que Joselito el Gallo aprendió de su rival Belmonte, y éste de José. Manuel Rodríguez, el gran califa cordobés de la posguerra, captó el temple y el elegante desdén de Silverio. El mexicano asumió de Manolo, el toreo de cercanías, el esteticismo, el pundonor. Aquel no dejarse ganar la partida. El grito del pueblo mexicano cuando Silverio y Manolete iniciaban el paseíllo en la México: ¡Silverio no te rajes! No lo hizo. Cortó el rabo.

1 comentario:

  1. A propósito de Silverio y de Manolete escribe Carlos Abella en su obra "De Manolete a José Tomás":

    "Esta temporada (1945) registró grandes éxitos de Manolete en Sevilla, donde toreó cuatro tardes, dos con Arruza, y donde mató la corrida de Miura, alternando con Pepe Bienvenida y Pepe Luís. El valor y el toreo de Manolete y de Carlos Arruza en la feria despertó la admiración de Silverio Pérez, que se decidió a cruzar el charco para torear en España y confirmar su alternativa, y que según cuenta Francisco Narbona en su magnífico libro "Manolete: 50 años desde su muerte":
    "Sale con las manos en la cabeza y pregunta a sus amigos sevillanos: "¿Y éste siempre hace lo mismo?". Y cuando le responden que sí, el mexicano sentencia: "pues...entonces, lo mejor, es hacer la valija y volvernos a casa".
    No obstante, al final de ese año el enfrentamiento entre Silverio y Manolete alcanzó altas cotas, enfrentándose un total de catorce tardes.
    Por cierto a demás del "Silverio no te rajes" también le gritaban desde los tendidos "Carmelo nunca se dejó" en alusión a su hermano Carmelo Pérez, "un auténtico ídolo y héroe de los ruedos mexicanos, muerto en España en tristes circunstancias".
    Oselito.

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