domingo, julio 14, 2013

Sobre la corrida de Cuadri en Ceret


A Robleño se le escapa la salida a hombros de Céret con imponente corrida de Cuadri

 

Fernando Robleño ha vuelto a ganarse el respeto de su plaza, Céret, tras firmar dos buenas faenas, con gusto y de toreo caro. Perdió una oreja de cada toro tras marrar con el acero en repetidas ocasiones. Joselillo, que también pinchó, dio una vuelta al ruedo con el que cerró plaza mientras que Uceda Leal, que pechó con el peor lote, fue silenciado. Imponente corrida de Cuadri, con ejemplares que sobrepasaron los 600 kilos y rozaron los seis años. Salvo el quinto y el sexto, aplaudidos en el arrastre, al conjunto le faltó fondo y casta, tanto en el caballo como en la muleta.

 

Segundo festejo de la feria. Con lleno, se han lidiado toros de Hijos de Celestino Cuadri, muy serios de presentación. Desentendidos en el caballo; en la muleta, destacaron quinto y sexto, aplaudidos en el arrastre; bueno el segundo, pero se desfondó pronto; complicado el cuarto; primero y tercero, sosos y faltos de casta. Uceda Leal, silencio y silencio; Fernando Robleño, silencio tras aviso y ovación; Joselillo, silencio tras aviso y vuelta al ruedo.

 

El momento más emocionante del festejo celebrado este sábado en Céret llegó con la salida al ruedo de Pantanoso, un Cuadri de 620 kilos que remató con fuerza en los burladeros e hizo volar las tablas del callejón. Robleño, que arrancó con unos preciosos doblones, le cogió pronto el aire por el pitón derecho, adaptándose a su ritmo y apretando al final, ejecutando un trasteo valiente, inteligente y sincero que caló entre el público. Lástima que una estocada baja y dos descabellos le privaran del premio que había ganado a ley. En su primera faena, basada sobre la mano izquierda, después de un torero recibo a la verónica, también anduvo despejado, hondo y emocionante, cruzándose al pitón contrario y con un arrimón antes de fallar de nuevo con la espada.

 

Joselillo dio la vuelta al ruedo tras lidiar al sexto, un animal de casi seis años que acudió tres veces al caballo gracias, en gran parte, al buen hacer del picador, Tito Sandoval, que escuchó una ovación. En la pañosa, el Cuadri repitió con celo y humillado por el pitón derecho, cualidad que Joselillo aprovechó con valor aunque sin temple. Un pinchazo precedió a la estocada final, de la que resultó prendido, sin consecuencias, por la taleguilla, a la altura de la ingle. Con el primero de su lote, el diestro administró las pocas embestidas del animal que, al igual que le sucedió a Uceda Leal con el cuarto, fue noble, pero justo de fuerzas y soso. Ambos duraron poco. El Cuadri más complicado y brusco de la tarde fue el cuarto, que le tocó en suerte a Uceda, quien resolvió la papeleta con profesionalidad aunque cierto sector del público ceretano no se lo recompensó.


Foto: A. Viard

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