"Un día toreaba en Marbella (Luis Francisco Esplá) con Manolo Vázquez y, como de costumbre falló una estocada. Manolo Vázquez se acercó a él:
- A mi también me pasaba eso y un día para estoquear bien me recetaron unas píldoras infalibles . Las tomé y, a partir de entonces empece a matar los toros sin problemas.
Esplá, entre asombrado y desconfiado:
-¿Y cómo se llaman esas píldoras?
-Cojones."
Vía : "Crónicas Taurinas" Jacques Durand
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