Cualquiera no sirve para torear. Este problema es muy grande. Si el el cabllo no tiene ningún peligro ni movilidad y el toro apenas hay que picarlo porque todo es un simulacro, ¡Cualquiera valdríamos! Desde un electricista hasta un albañil, con todos mis respetos. Pero en vez de cobrar un suelto piden dos pesetas y a torear. No podemos eliminar la sensación de peligro ni de espectáculoVía: opus 16 de Tierras Taurinas dedicado al tercio de varas
Foto: Juan Pelegrín
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