El que de verdad se ganó la gloria de entrar en la historia de una plaza y de una ganadería se llamaba “Carcelero”, del hierro de Puerto de San Lorenzo, premiado con la vuelta al ruedo. Otro “lisardo” de triunfo gordo… y van unos cuantos esta temporada en las distintas manos de los Frailes salmantinos.
Un animal que fue todo un espectáculo ya de salida por sus bellas hechuras y su armónica seriedad por delante. Y sin tan siquiera acordarse de su sangre típica a pesar del desenjaule público de 96 horas antes, su bravura salió hirviendo del chiquero desbordándose en un torrente que no agotó su caudal durante toda la faena. Cada embestida nacía al galope pero su alegría no era fácil, porque como buen toro bravo exigió firmeza de plantas y temple en las telas de su matador.
Bueno, bueno...un toro correcto de presentación, de 505 kilos y nacido en marzo/2008.
ResponderEliminarComo a todos sus hermanos, solo pudimos verlo en un puyazo único, más o menos fuerte, puesto en suerte debajo del peto y castigado en la cruz. Blandeó discretamente.
Llegó al último tercio con la lengua fuera, embestida de encastada nobleza, pronta y alegre. Un toro para soñar el toreo. En el límite alto de lo que quieren las figuras, más no.
Si muestran más poder con el caballo en la Feria de Otoño, podrá ser una buena tarde.
Un cordial saludo.