martes, julio 26, 2011

Dieciocho toros de auténtico lujo

Copio de la noticia publicada en el Diario Vasco:

Los toros de Adolfo Martín fueron los primeros en saltar a la plaza. Unos ejemplares finos, serios, bien armados. Muy en el tipo de la casa. Albaserradas con la chispa de Saltillo; cárdenos, vivos y muy serios; finos de cabos, igualados en agujas, con esas cabezas de hocico de rata y esas defensas en forma de aguja de tapicero, que dan miedo.
Palha, los toros portugueses de Heredade De Adema, fue el segundo plato con un encierro muy igualado y con las características típicas del hierro portugués. Genio, seriedad y buen remate. No son los toros de Palha 'bonitos' pero encierran -y lo saben perfectamente todos los aficionados- un peligro sordo que les han dado justa fama de reses con peligro. Toros que, además, tienen, por lo general, un excelente comportamiento en la duerte de varas llegando a aguantar, creciéndose, hasta tres y cuatro varas. Algo no frecuente en el resto de las divisas de bravo.
El tercer plato de la 'merienda' de ayer era el más esperado. Primero por la novedad y después por esa nota de sintonía guipuzcoana que encierran los toros criados por los hermanos Uranga en la finca charra de Pedraza de Yeltes. Toros con encaste de El Pilar.
Y no sólamente no defraudaron sino que causaron impresión. Luis, de acuerdo con el gerente de la finca, José Ignacio Sánchez, desembarcó ocho toros de capas variadas. Desde el negro burraquito hasta el castaño pasando por varios colorados (pelo típico de la ganadería). Todos ellos de impresionantes hechuras y dignos, sin ápice de exageración de una plaza de primera.
Los de Pedraza son más largos, con mayor caja, cabezas poderosas y un cuajo muy serio, además de bien rematados. Una señora corrida de toros que fue muy aplaudida por el numeroso público (mayores, jóvenes y niños) que volvieron a llenar la plaza del Urola.
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