Igual que muchos domingos de Ramos de años pasados, este año he iniciado hoy mi personal temporada de toros en las Ventas lamentando no haber asistido a las dos novilladas programadas en domingos anteriores y me atrevo a decir que con una ilusión nueva transmitida por la nueva empresa que regenta el coso este año y que está tratando por todos los medios recuperar asistentes a la plaza empeñándose en la regeneración de la fiesta.
Y con esas pretensiones e imagino que con mucha ilusión han programado la primera corrida de la temporada: En el cartel toros de Vitorino Martín para los diestros Iván Fandiño, Alberto Aguilar y Gómez del Pilar.
No sabemos si otros toreros con más renombre habrán desdeñado apuntarse a esta corrida o si la empresa habrá elegido estos nombres por su idoneidad para acometerla con garantías.
No cabe duda de que Fandiño y Aguilar están acostumbrados a bregarse con corridas encastadas, pero quizá no sea el momento más oportuno para confirmar alternativa cuando Gómez de Pilar sólo toreó el año pasado en dos ocasiones y a pesar de su buena disposición se le ha visto demasiado verde para semejante compromiso, pues aunque los victorinos no mordían ni mucho menos, ni son comparables a los de hace unos años, siguen siendo toros listos que piden el carnet, y en el toro de su alternativa Gómez del Pilar se ha encontrado ya en la segunda serie con un toro muy parado pero que sabía de torear mucho más que él, y se ha librado de milagro de una cogida, ha tenido suerte y le deseamos que la siga teniendo. Es de agradecer su disposición positiva y que haya puesto el toro a distancia en varas aunque con nulo resultado.
Pero Fandiño y Aguilar saben perfectamente que a estos toros no se puede salir a ver si se dejan por el pitón derecho o por el izquierdo, previamente hay que someternos y dejarles muy claro que el que manda en la plaza es el torero, y que tiene que obedecer aunque sea a regañadientes. Y no hay atajos, salir a encimarse con el toro, recortarle el viaje y no dejarle ver es tratar de engañar al público, pero en Madrid hay una afición que ve los alivios desde el primer muletazo y se percata de la falta de voluntad del torero, al que se le transparentan las ganas de salir de estampida hacia el hotel a refugiarse en la ducha. Ninguno de los dos ha logrado en ningún momento encandilar al respetable en manera alguna.
Tampoco los toreros de plata han tenido una tarde memorable aunque siempre cumplen con profesionalidad, cabe destacar los dos pares de banderillas de Jarocho al cuarto toro de la tarde.
Lo peor de hoy es la conclusión: la regeneración de la tauromaquia es imposible sin la colaboración de los toreros, por mucho que se empeñe en empresario.
Y entendemos por regeneración volver a emocionarnos en los tendidos, a embelesarnos, a salir toreando Alcalá arriba como decía el maestro Joaquín Vidal.
Jandro
Le agradezco mucho esta crónica. Leyendo a los críticos de los diarios, pensaba que había estado en otra corrida. Da en el clavo cuando habla del comportamiento de los toreros, para mí, los culpables del fracaso de una muy interesante corrida de Victorino. ¡Si la coge Ruiz Miguel!
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