martes, abril 04, 2017

Más sobre la faena de Ángel Sánchez


Ya fue aplaudido en el recibo capotero, y aunque en el caballo se le administraron sendos e inocuos picotazos el buen son, que dicen los revisteros, de Pavito lo entendió Sánchez desde que genuflexo lo recogió en el tercio y lo fue sobando hasta llevarlo al platillo. Enseguida se lo echó a la izquierda, y al natural dejó Ángel Sánchez la prueba fehaciente de que la teoría existe por algo, y que la práctica pone a cada uno en su sitio. Pavito es un bombón y el novillero lo sabe, así que Ángel planta sus zapatillas de frente al novillo y sin enmendar la posición –no en paralelo, de frente-, adelantando la femoral, cargando la suerte, con el compás abierto y con la muleta –ayudado siempre con el estoque- echada por delante le liga un ramillete de tandas casi calcadas: tres naturales, y el pecho obligado. Doce pases, tres tandas, una trincherilla de cartelazo y un pase de la firma. Y ya. Ahí ha telegrafiado Sánchez lo que Vanegas en cien pases no ha logrado. Mas lo que vino después ya fue desilusión y rabia. 

Oscar Escribano – aquí la crónica completa -

1 comentario:

  1. Yo por lo que le he visto en el video, quitando el primer pase, no le veo cargar la suerte por ningún lado.
    Kaparra

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