Victorino
Martín Andrés (Galapagar,
1929) acaba de ganar el Premio Nacional de Tauromaquia gracias, según
el jurado del galardón, a “la excepcional temporada desarrollada
por su ganadería en el año 2016, consiguiendo tres indultos en las
plazas de toros de Sevilla, Calasparra e Illescas, y ha señalado “la
incomparable trayectoria de dicha ganadería, cuyo nombre ha quedado
asociado a valores como la emoción, la bravura o la protección del
valiosísimo patrimonio ecológico que encierra la Tauromaquia”
Victorino
Martín es sinónimo de ganadero revolucionario, un puntal esencial
de la segunda mitad del siglo XX, buscador incansable del toro
auténtico y millonario en ejemplares de toros bravos que han
desparramado la pasión en los ruedos. Su trayectoria demuestra que
es un ganadero intuitivo, inteligente, independiente, íntegro y
sagaz, sin pelos en la lengua y defensor de la autenticidad. No
procede de noble estirpe ganadera. Ha preferido siempre servir al
aficionado antes que al taurinismo. Ha sido un autodidacta cargado de
sentido común y con un olfato especial para acertar con las
necesidades de la fiesta moderna.
El
País, 22/11/2016 – aquí el artículo completo -
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