Siempre
había entendido que el cite debería ser natural y sin forzar
posturas más propias de contorsionistas tailandeses del circo
Ringling. Que hasta he oído lo que se valora ese bajarle la mano a
los toros, pero, ¿eso de bajar la mano no viene después, una vez
que se ha metido al toro en la tela? Que hasta tiene más mérito eso
de conducir la embestida de arriba a abajo y no guiar simplemente de
abajo a abajo. Pero no me hagan mucho caso, que o bien mis maestros
no se explicaban bien o es que servidor no se enteraba, que es lo más
probable; y así sigo, que cada día me entero menos y menos y menos
y... Lógicamente, para agachar la muleta y ponerla manteniendo la
distancia de seguridad entre toro y torero hay que agachar todo el
cuerpo, dándose origen al bonito fenómeno de la L invertida, más
conocido como la alcayata; no traten de hacerlo en sus casas, pues
puede resultar peligroso para sus lomos.
(…)
Pero
aquí no acaba todo, que luego está lo de ofrecer la muleta, que
puede ser echándosela a la cara con gracia para que el animal se
engatuse en las bambas de la pañosa o que groseramente se le ponga
el pico por delante, con ese clavo tan feo que asoma en el extremo
del estaquillador.
(…)
Porque
si en el cite ya se apuntaba la alcayata, en la ejecución, y nunca
mejor empleado este término, decía que en la ejecución del natural
ya no es alcayata, ya es la ferretería Hnos. López al completo, con
sus tres plantas y todas sus estanterías al completo. Aquí sí que
venía que ni pintado lo de bajar la mano, pero no, seguimos con las
agachaditas, las lejanías y ese feo y obsceno pico de la muleta.
(…)
Si
el remate es abajo y hacia adentro, ¿cómo se puede casar con el pa’
fuera y a lo lejos? Pues la cuestión queda entre el “malamente”
y el “imposible”. Que no hay problema, porque don Julián arregla
con una carrerita lo que no solventa mandando con la muleta.
Enrique
Martín – Aquí el post completo
Nota:
añado la definición del Julipie dee añorado Joaquín Monfil
El
julipié consiste en citar al toro para matarle a volapié
enfrontilado a él, entre los dos pitones del mismo, igual a como se
hace normalmente pero, en el momento de hacer la suerte, se le echa
la muleta a la cara, para tapársela y dejarle ciego por un instante,
en vez de al hocico para que humille y descubra el hoyo de las
agujas. Al mismo tiempo que le tapa la cara se echa fuera del pitón
derecho a toda velocidad, de tal forma que se traspasa rápidamente
la altura de la punta de dicho pitón y una vez tras la pala se gira
el cuerpo hacia el toro, se da un saltito y se busca la cruz con la
punta de la espada, empujando con todo el cuerpo tras ella.
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