La
mejor noticia en mucho tiempo fue la confirmación de alternativa de
Ginés Marín. El muchacho de Jerez de la Frontera estuvo enorme en
su primero. Memorables fueron la verónicas sin enmendar y la
serpentina. Luego, con la muleta, Ginés demostró un sitio, un
aguante y una clase que convencieron a todo el cónclave. El toro era
tardo y se agarró al piso, pero cuando hay voluntad y sitio eso es
lo de menos. Si el imponente morlaco tenía veinte pases, esos fueron
exactamente los que le pegó Marín, reposado, ganándole siempre el
paso al astado y luciendo como si llevara diez años de alternativa y
no sólo seis meses. El valor seco y el temple estuvieron presentes
en grandes naturales y hasta en las joselillinas. La estocada de por
sí valía la oreja, pero el cretino del biombo no cedió ante la
mayoritaria petición. Aquí no se premia a los que lo merecen
¡faltaba más! Estamos esperando a los embusteros de siempre para
regalarles orejas por bailar un minué con sus escogidas musarañas.
Vino
el segundo turno de Gines Marín y a pesar del frío polar y la
ventisca, nadie se había movido de su localidad. Hubo ahí tres
verónicas de recibo que hubieran sido coreadas por el mismísimo don
Luis Castro “El Soldado”. El quite por saltilleras le puso los
pelos de punta a más de uno. Tristemente el toro no llegó con
entusiasmo a la muleta, y pese a la porfía del andaluz todo quedó
en la esperanza de volverle a ver pronto.
(…)
Los
cabales salieron del coso máximo contentos por haber visto una
señora corrida de toros y por haberse emocionado con un torero de
verdad, Ginés Marín.
Gastón Ramírez - Aquí la crónica completa del festejo del pasado sábado-
Las fotos son de Aplausos
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