"Carmen
Acosta, conocida en el barrio cordobés de La Lagunilla como
Carmeluchi, recuerda cuando su abuela le comenta a su señora que el
niño, con no más de seis años, apunta maneras de torero. Es una
alerta para Doña Angustias, que parece estar de nuevo en la senda
de un destino que siempre le llevará a la muerte. Éste es el
pasaje al que se refiere Carmen:
Doña
Angustias le dijo a mi abuela: "Oye, oye, Manuela, donde está
el niño que se ha perdido", "Pero mi ama, ¿tú no has
visto nunca a tu hijo donde está?". "Yo, no". Y ya le
tuvo que decir mi abuela: "Mira, yo llevo ya unos pocos días
que se me pierde el trapo del polvo y el escobón". "Entonces
tendría unos cinco o seis añitos". "¿Que se te pierde el
escobón, y dónde está?". Como era un niño tímido, le dijo
donde estaba el niño: "Pues haciendo la corrida". "Y
dónde?". "En tu dormitorio". Efectivamente, el niño
daba su paseíllo, ponía sus banderillas, cogía el escobón, se
subía en el barandal de la cama y hacía de picaor, y luego cogía
el trapo del polvo y toreaba. La madre se quedó... ¿Desde cuando lo
hace?". "Pues ya lleva haciéndolo". La madre
reaccionó: "Pues yo no quiero que sea torero". Y entonces
mi abuela le contestó: "Pues yo creo que éste... va a ser de
los grandes". "Anda, ya, Manuela, de los grandes..." Y
mi abuela insistía: "Pero tu has visto de qué manera coge el
trapo, con qué elegancia...". "Manuela, éso son cosas
tuyas". "Acuérdate, ama".
"El
día que mataron a Manolete", de Tico Medina.
Vía:
Antonio Pineda
Muy interesante. Gracias.
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