miércoles, mayo 11, 2016

Sobre Paco Ureña

Paco Ureña, digan lo que digan, es el único que a día de hoy ha puesto sobre la arena de una Plaza de Toros en esta temporada 2016 las verdades más incuestionables del toreo: la naturalidad, el muletazo de trazo largo y rematado, el cite, la ligazón, y todo eso pisando el terreno del toro, apropiándose del terreno que, según Belmonte, pertenece al torero y que según la taurinería contemporánea correspondería al viento que corre entre el sitio donde se pone el torero contorsionado como una alcayata y el sitio donde está el toro. Lo de Ureña en Sevilla hace ahora cerca de un mes tiene además la cosa, que a muchos les parecerá de poca monta, de hacérselo a un toro de presencia y de respeto ante el que la mayoría de la llamada “parte alta del escalafón” haría aguas mayores.

A veces las circunstancias vencen y, en este caso sevillano, Paco Ureña, su limpia tauromaquia clásica y asolerada, su verticalidad, su cuajo de torero de los que nos gustan sin retorcimientos ni mohínes, ha sido víctima de un puñado de circunstancias que han servido para poder tapar su disposición, su verdad y su torería sin alharacas: perfecto espejo en el que bien podían mirarse los jóvenes. Vaya a él, en esta tarde de suspensión, este pequeño reconocimiento

José Ramón Márquez Salmonetes ya no nos quedan -

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