jueves, mayo 27, 2010

Un sainete


Luis Bolívar dio distancia al tercer toro de la tarde de nombre Pitinesco perteneciente a la ganadería de Javier Pérez Tabernero y consiguió un par de series por el pitón derecho que nos supieron a gloria, sin embargo este mismo toro no respondió igual por el pitón izquierdo, se quedó muy corto e impidió a Bolívar redondear la faena que remató con un bajonazo con lo que se esfumaron definitivamente los efluvios de grandeza.
El resto de la corrida parecía más bien un sainete, el primer toro descastado, inválido, carente de fuerzas y apático con El Fundi desganado, el segundo más inválido todavía, fue devuelto al corral, salió el primer sobrero que parecía tener buen son pero el varilarguero Antonio Prieto "Hijo" le descordó en un puyazo traserísimo y cruel y se devolvió al corral, el segundo sobrero también inválido fue tremendamente lesionado por el mismo picador y se devolvió a su vez, (a Antonio Prieto le llamaban el Killer de la picada). Y los cabestros afuera y adentro, aunque al descordado hubo que apuntillarle en la plaza porque no se podía mover el animalito. Así que Sergio Aguilar toreó al tercer sobrero de la ganadería del Conde de Mayalde, otro descastado sin ninguna posibilidad de lucimiento al igual que el quinto sin pena ni gloria, más bien pena, visto lo cual la plaza aplaudió a rabiar al diestro después de cada actuación sin explicación aparente.
Por su parte el Fundi estuvo desaliñado con el cuarto que tampoco merecía atención especial por descastado e inválido, aunque más lisiado fue el sexto que le correspondió a Bolívar y al que no pudo torear porque rodaba por los suelos en cada embestida, daba pena.
La tarde en su conjunto ha constituido un desastroso sainete en el que se apreciaban todos los tremendos errores en los que ha caído el toreo y que impiden considerar este espectáculo artístico como tal. La decadencia se viene anunciando y apreciando desde hace muchos años, pero la sima en la que ha caído en estos dos últimos resulta escalofriante y desmoralizadora, el declive va a velocidad de vértigo socavando los fundamentos de la lidia, estos sainetes se repiten cada día en las Ventas y no se justifican ni siquiera como espectáculo festivalero.
Jandro
jueves, 27 de mayo de 2010

Foto: Juan Pelegrín

1 comentario:

  1. Admirado Jandro: tal vez la acumulación de "destoreo!";falta de toreria; publico dominguero; de presidentes complacientes, de ganaderos juanpedrescos y de figuritas de pitiminí, este ocasionando a estas alturas de la Feria en muchos aficionados de corazón, un natural hartazgo y unas tremendas ganas de mandarlo todo por el sumidero. Lo entiendo y hasta reconozco que muy frecuentemente son sensaciones que comparto. Pero ayer, no. Ayer y perdoname por mi "optimismo", llegue a mi casa mas contento de lo habitual. Ayer crei ver torear. Por un lado Sergio Aguilar, que me pareció "un torero" hecho y derecho toda la tarde. Tanto en su valor seco, como en sus maneras con capote, muleta y estoque. Por si esto fuera poco en esta feria de farsantes, vimos a un señor llamado Bolivar, colombiano por cierto, que me reocordó por un instante largo a otro colombiano que citaba de largo en los medios. Las comparaciones son odiosas, pero yo hablo de instantes, de aromas. Este Bolivar,recuperó ayer ante mis ojos el "cartucho de pescado" del inmortal Antonio Bienvenida. Ya se que parece poco, pero visto lo visto, a mí sabió a gloria. Y para completar mi interesante tarde, ayer vimos al Fundi. Donde tu viste desgana, yo vi la serena maestria de un torero cuajado, que tras estar al borde de la muerte o como mínimo de la cruel invalidez, tras sus graves accidentes de la temporada pasada; ha decidido torear para si mismo, sin aspavientos ni "ventas de la burra", como desgraciadamente ha hecho durante gran parte de su vida torera. Ayer no hubo teatrerias ni banderillismos. Ayer vi en el Fundi toreria antigua. La vi en su seguridad y sobriedad al andarle al cuarto; en su elección de las distancias y de los terrenos,sin titubeos ni probaturas; en sus perfectos pases de pecho al hombro contrario. En su calma, serenidad y templanza creí reconocer aromas de Antoñete y de Curro Vazquez y me emocioné. Esta es mi sincera opinión de lo que ayer vi y sentí y prometo que no bebí nada mas que agua. Juansintierra

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