El peso no es marcador de trapío. Estamos hartos de que se achaque al aficionado torista una pretendida demanda de kilos sin sentido, para lo que los ganaderos tendrían que cebar y acochinar en exceso los toros. Y estamos, igualmente cansados, de ver reses anovilladas en corridas formales con más de 550 kilos, e incluso con más de 600. Por el contrario, se han lidiado reses, en las plazas más toristas, como Madrid, con los 500 kilos justos y aun con menos, que merecieron el aplauso y la admiración del concurso
Rafael Cabrera
Foto: "Isleño" un Tulio lidiado en Madrid en agosto del 2003 con 464 kg.
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