Se
supone que a un aficionado a los toros -es mi caso- debería haberle
confortado la manifestación de ayer en Valencia. Un "Basta
ya" multitudinario que reflejaba el orgullo de una minoría
acosada. El problema es que la yuxtaposición de orgullo y minoría
acosada refleja en sí misma la precariedad de la tauromaquia, su
desubicación en la sociedad, la insólita degradación de símbolo
cultural a fenómeno amenazado.
Rubén
Amón - El
día del orgullo olé -
No está lejano el tiempo en que penalizará socialmente dejarse ver en la misma feria taurina a la que antes se iba, no tanto por afición verdadera, sino por salir en las negritas de las crónicas mundanas. En lo que concierne a Madrid, supongo que ello supondrá la extinción, o al menos la mengua, del público de clavel. Modelos, actores, marquesitos Brummell y cantantes melódicos que no querrán ser pasados por la quilla por el piquete animalista (...)
A
lo mejor resulta que, entonces, culminada esta decantación, en la
plaza sólo quedarán aficionados verdaderos, imposibles de engañar
con retóricas, fanfarrias, ternas rosas y trucos, que, además de
unidos en la clandestinidad, se sentirán un final de especie, los
últimos depositarios de una tradición que declina.
(...)
La
manifestación taurina de este fin de semana en Valencia me pareció
impresionante. Más allá del aspecto de los matadores en la primera
fila, que parecían subjefes carismáticos de la Camorra, con sus
gafas ahumadas y la galanura bizarra que en Nápoles definía a los
«guappi» de la vida criminal.
David
Gistau - Los
últimos -
Bueno, ¡algo había que hacer! Era menester, y el tiempo es AHORA (más bien, hace años ya). Si dicha manifestación 13-M ha dejado mal sabor intelectual, pues quizá habrá que corregir el estilo y la presentación. PERO SE DEBE CONTINUAR a como dé lugar. Ajustar tonos, como en una faena donde el diestro conocedor cambia la lidia para aprovechar mejor a la res, ajustar métodos y tácticas. El caso es que HAY QUE LEVANTAR LA VOZ DEL TAURINO contra lo absurdo del antitaurino. Sí, refinar con cada evento de manifestación según sea necesario (como para satisfacer la crítica que se publica aquí) y seguir planeando estrategias así como la selección de personajes. ¿Invitar tal vez al Rey Juan Carlos I de España? Por qué no. TOROS SIN TREGUA. // Atte., Torotino.
ResponderEliminaruf...el Borbón creo que es mejor que no vaya...
EliminarEs tal el despiste, tal la desorientación y hasta la inanidad de pensamiento que a estas alturas de la pelea o confrontación, los taurinos siguen sin entender que o se da una respuesta ética, de máxima exigencia, o no ha adaptación al "tono" que consiga frenar la actual situación. Mientras en cabecera de la manifestación figuren personajes que han hecho del abuso, del ventajismo y la manipulación de públicos legos, el eje de sus "carreras", la batalla está perdida. A mi modesta opinión, todo lo que no sea huir del "marketing barato y zafio" y de las componendas, para abrazar el romanticismo, la épica y la ética es darle bazas al enemigo.JUANSINTIERRA
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