Leo en El Correo a Barquerito. Copio el inicio:
El prólogo fue memorable: la convocatoria en defensa de la tauromaquia reclamó en las escalinatas del venerable anfiteatro de Arles y en sus aledaños la presencia de unas cinco mil almas. A pleno sol. El alcalde comunista de Arles y el presidente -socialista- de la región Provenza-Alpes-Costa Azul, uno de los tres grandes enclaves franceses del toreo, dirigieron a la multitud parlamentos breves, intensos, clarísimos. Y jaleados y coreados con pasión. Una especie de '¡No pasarán!' dirigido a los abolicionistas
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