miércoles, marzo 08, 2006

¿Pero nos gusta?

Un conocido me espeta: "Mira Javier, lo que os pasa es que creeís que os gustan los toros, pero la realidad es que no os gustan y por ello criticaís todo".
Y la verdad, para que engañarse, más de una tarde, sentados en nuestra grada, nos hemos preguntado que qué hacíamos allí, viendo una farsa y siendo testigos de un fraude y de un espectáculo cruento; que para hablar con los amigos podíamos quedar directamente en El Albero a las nueve.
Pero...un día Madroñito decide mostrarnos toda su bravura frente al varilarguero Marcial Rodriguez, o El Cid se echa la muleta a la mano izquierda frente a un TORO de Victorino; o un entonces desconocido Curro Díaz va con una decisión que asusta a los terrenos de un TORO....y ¡joder si nos gusta!.

Nota: no dejeís de leer De Purísima y Oro.

2 comentarios:

  1. Querido Javier: como no puedes cambiar los toros, ni el espectáculo, ni el fraude que siempre está dónde hay dinero, cosa que quien empezó como fiscalista, léase tú yo (quién lo diría) sabe muy bien, casi que me dan ganas de decirte que cambies de amigos para no oir chorradas, pero por la parte que me toca, va a ser que no... Esto debe de ser como la comida o el sexo, que saber todo el mundo sabe, y si no, como si supiesen, que comer y follar (señor, qué soéz, pero para algo se hizo el castellano) quien más quién menos le da y sino bien que presume, pero chico el día que nos cae un cocido como Dios manda, o una buena sesión de lo otro, el recuerdo de lo bueno y simple que puede llegar a ser nos dura tanto que ya no podemos dejar de ver lo cutre que es lo mediocre. Pues esto de los Toros, igual. Si es que no se puede nacer con buen gusto Javier, que los sibaritas terminamos siendo "raritos"...

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  2. Bienvenida Angela.

    Javi, eso tu amigo se lo ha oído a un taurino, y te lo ha espetao, evidentemente que el por si acaso, hace mucho por movernos, y no te digo ya a la calle Alcalá, que si te vienes provincias, encima tienes que tragarte al de atras aplaudiendo a rabiar, recuerdo en Zafra, cuando suelta un señor, "si esto lo vieran en Madrid", imaginarse lo que era, tambien es cierto, que el pobre que se sienta delante se traga mis opiniones, y es como dice Angela, el recuerdo de lo bueno dura tanto que ya lo mediocre es malo, hay tanta diferencia en tan poco margen.

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