Me comentaba un joven recortador de Alfaro, durante la comida en Los Alijares, como le "hervìa la sangre" viendo a esas bravas y encastadas vaquillas de Adolfo: "-Yo las veìa ir y venir, y yo sin poder salir a la placita, tenièndome que conformar con ver tentar...¡y sin poder recortar!, uf...lo pasè fatal."
Mientras en el campo haya una vaca ò toro, con bravura, con casta, con "deseos" de embestir; siempre habrà alguien dispuesto a aceptar el reto; bien corriendo, recortando, toreando con un trapo....
Por ello debemos defender, ante todo, la bravura, la casta; y ,por supuesto, la verdad. Todo lo demàs es accesorio.
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