Después
del ayuno de la invernada, encontrarnos con seis novillos como los
que hoy han salido en Madrid es como un sueño, porque la verdad sea
dicha, no se esperaba gran cosa de los Ymbro de San José del Valle.
La corrida que ha salido en Madrid ha traído justamente lo que el
toro tiene que traer a Madrid para que el triunfo sea de relevancia:
buena presencia, casta, embestida vibrante, no perdonar los fallos,
cumplir en varas… ¿qué más se puede pedir? De los seis de esta
tarde, cuatro tenían más presencia que lo que se ha visto en Fallas
como corrida de toros y los dos más terciados, los más
“anovillados” en una novillada, han tenido trapío y además un
aire y una chispa de gran interés. Hoy, una vez más, quien se haya
dedicado a mirar el toro no habrá podido aburrirse porque el juego
que han dado, lejos de la estúpida y bovina sumisión del ganado de
tantas tardes, ha favorecido una entretenida tarde de toros. Así es
esto: íbamos a la Plaza jurando en arameo a causa del ganado y
salimos de ella encantados con el juego y la presentación de la
novillada.
(…)
En
el cartel de esta corrida primaveral, Pablo
Aguado, Leo Valadez, de Aguascalientes, Méjico, nuevo en esta
Plaza, y Diego Carretero.
José
Ramón Márquez – Aquí el artículo completo -
Los prejuicios son muy malos.No recuerdo yo una novillada mala de este hierro. Por mucho que hayan bajado su rendimiento como toros, porque hasta hace bien poco, fueron de lo mejor del encaste Domecq,aunque el ganadero buscase sólo la nobleza y le molestara el picante con el que salían sus toros hace una lustro.
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