Cuando
los primeros arqueólogos las encontraron, en los años veinte del
siglo pasado, fueron descartadas como piedras inútiles sin valor
científico. Sin embargo, una nueva investigación acaba de descubrir
en aquellos fragmentos olvidados del Abri Blanchard, un yacimiento
prehistórico en
el suroeste de Francia, la representación de un animal más antigua
de Europa. Este hallazgo, el grabado de un uro (un toro extinguido)
realizado hace 38.000 años, ofrece una llave para tratar de entender
el pasado más remoto de nuestra especie, sus relaciones sociales y
manifestaciones artísticas.
(...)
(...)
La
inmensa mayoría de los científicos han descartado la posibilidad de
entender lo significan, pero lo que muestran –casi siempre animales
poderosos, manos en negativo, círculos, aunque muy pocas retratos
humanos– traza hilos invisibles que llegan hasta nosotros. Como
asegura Gregory Curtis, "el impulso de representar que sintieron
esos seres humanos, hace 38.000 años, es una definitiva y poderosa
conexión con nuestros primeros antepasados
Guillermo
Altares -Aquí el artículo completo -
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