lunes, septiembre 09, 2013

Habla Adolfo Martín

El toro cabezón y pechugón no embiste ninguno. Pero tienes que ponerle pecho porque llegan estos perturbados de los veterinarios y dicen que les falta cuajo. ¡Lo que me pasó a mí! En el estudio del profesor Javier Cañón, mi ganadería sale más Saltillo que la de Victorino… Muy sencillo: por sementales. Él [Victorino], sin embargo, se ha ido a Ybarra por el tamaño. Lo mío se ha quedado muy chico. Si es normal… si el toro de Saltillo es muy chico. Te busca la ruina. Fíjate lo que me liaron en Madrid. A mí me gusta el toro de Saltillo: montados, degollados… Aquí nos han salido jirones después de 50 años… Hay un novillo ahí que es un poquito jirón. Lo de Buendía está ahí. Aquí cada uno te cuenta lo que quiere. Sinceridad, la mínima…”. Después de sufrir la mayor vergüenza de su vida, Adolfo mandó imprimir un cartel con las fotos de los torosr echazados en 2010 por los veterinarios madrileños. Decían que les faltaba morrillo… ¿Qué morrillo tiene el toro de Saltillo, chalado? Las ganaderías de estos encastes no tienen solución. Con estos perturbados de veterinarios… y la prensa que no sabe. Que te dicen que el toro no está rematado. ¿Qué me estás contando? ¡Si es un toro en su tipo! Y luego, cada vez que se reúnen, dicen que hay que defender los encastes… ¡Pero qué me estáis contando si luego no los dejáis salir a la plaza! Al final, déjate de historias: dos petacos, 600 kilos y así de grande”.
Foto: Juan Pelegrín

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