sábado, julio 28, 2007

La justificación de la presencia de un torero en el ruedo

Marcelo Fortín (Opsen) en un comentario anterior escribe estas lineas :
A mi modesto entender, la única justificación para la presencia de un torero en el ruedo, es la presencia de un toro al que haya que dominar, que exija valor y conocimientos y cuya muerte sea el resultado de un combate (uno de los sinónimos de lidia), se haya desarrollado éste por la vía del arte o de la lucha, pero siempre a través del dominio y de la demostración de supremacía del hombre frente a la fiera, que es el objetivo primario de la fiesta. Si no hay fiera, la supremacía es indemostrable y el combate pierde sentido. Esta premisa vale para todos, artistas o legionarios, y la división que pretende hacer el taurinismo entre corridas “duras” o “blandas” es falaz porque, si hay casta, todas las corridas son duras, aunque el toro sea noble y repetidor. La diferencia está en el riesgo y en la calidad del torero, artista o no, para enfrentarlo. Actualmente, la casta y la bravura son características que definen al toro “intoreable”. La historia nos demuestra que no es así.
Así es , también, mi modesta opinión.
Foto: Cyrille Vidal

3 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo, sin toro no hay toreo. El toro encastado da sentido a la lidia. Según sale hay que pararlo con el capote, picarlo (en varias entradas al caballo veremos si es bravo o manso habrá quites...), banderillearlo etc. No me quiero extender mucho pero no puedo aceptar un toro en el que la suerte de varas sea un trámite y todo pase muy deprisa hasta la muleta y todavía no sabemos como es el toro (a parte de descastado y flojo claro).

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  2. Os mandaba yo un añito al infierno como al atleti, a vivir de despeñaperros para abajo y a ver nuestros "espectáculos".

    Levo años sin compartir asiento en un tendido de una plaza de toros con una persona que tenga una visión medianmente parecida a la que tengo yo y eso se traduce en que cada día me cuesta más ir a una plaza de toros. Es más, cuando voy, suelo irme a un sitio donde me cueste escuchar los comentarios de la gente para no llegar más cabreado de lo que ya me produce lo que suelo ver sobre el albero.

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  3. Joder, casi hace diana, ¿saldría escobillado el animalito?

    Carmen Esteban

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