sábado, abril 26, 2014

"Mientras los ganaderos busquen pastueña docilidad, que es la que reclaman las figuras, el espectáculo seguirá perdiendo atracción"

Mientras los ganaderos busquen pastueña docilidad, que es la que reclaman las figuras, el espectáculo seguirá perdiendo atracción.
Pero pasan las temporadas y nadie piensa en regenerar la cabaña brava, se enarbolan docilidad, bondad y dulzura como el argumento principal de las ganaderías prestigiosas y que nada tiene que ver con el toro que demandan tarde tras tarde los aficionados, un toro fiero, bravo, noble y encastado cuyo último destino es morir matando ; ese toro que infunda miedo y suspenda el ánimo al espectador en el tendido lleno de fuerza, casta y fiereza, que galope, embista, remate en tablas, derriba y descabalga al piquero, se encele repita, humilla y se vacia en las embestidas. Ese toro es el que demanda el aficionado, ahora más que nunca, que despierte la dormida " emoción ", con una intensa creación de belleza y ponga de manifiesto donde se encuentra la verdad del toreo.

Mariano Cifuentes - Aquí el post completo -

Foto: Tierras Taurinas

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