martes, abril 29, 2014

De una entrevista a Rita Vaz Monteiro en El Chofre

Mi concepto en la seleccíon se asienta en dos bases fundamentales de una ganadería de Bravo:  LA CASTA - condición sine qua non y, por otro lado, la capacidad del animal para humillar. La Casta es la esencia de la bravura, y si le quitas la Casta a un toro le quitas todo: su personalidad, su capacidad de reaccionar, su propia identidad y su capacidad de aguantar el combate siendo altivo y orgulloso, que es su particularidad como toro de lidia. 
(...)
Los animales que no transmiten en sus embestidas no tienen valor y los hechos están en triunfar con la dificultad de dominar la bestia. Esa es la belleza que me hace emocionar y crecer en cuanto aficionada y ganadera. La Bravura la determino con la suerte de varas, que yo llamo como “la suerte de la bravura”;  sin ella es imposible que tengas casta en tu ganadería, pues es la prueba más dura del animal hacia el castigo, donde él es libre de escoger si quiere combatir o si es cobarde y no te acepta el combate. Los tentaderos de hembras los hago a partir de los 4 años; en mi concepto el animal tiene que adquirir madurez suficiente para una prueba que sabemos como muy dura; sus reacciones, cualidades y defectos deben estar perfectamente determinados y definidos para cuando se haga la tienta. En los machos de utreros a cuatreños, ya puedo hacer las pruebas de tentadero.
(...)
 Yo tengo un gran respeto hacia la integridad del Toro;  los pitones son sagrados en la plaza de Toros, yo estoy totalmente en contra las fundas, las peleas hacen parte de su comportamiento, es saludable, se miden, marcan su territorio, se imponen hacia sus pares y está inscrito en su código genético. También está de moda el afeitado más que otrora y creo que es desleal y cobarde, si no hay cojones para ponerse delante de un Toro, no hace falta que te vistas de luces(...). Hay otra trampa nueva ahora, lo de la puya retráctil que dicen que es para dar importancia al tercio de varas y no machacar los Toros; los Toros no se pican solos, hay un picador montado en un caballo que tiene una puya en la mano y a él le cabe picar en su sitio y saber lo que hacer con la puya, levantar el palo cuando hay que levantarse, corregir el sitio de la entrada de la puya en el animal, dejar la puya en su sitio y no picar más; esto me parece que es saber picar y no machacar; por eso estoy también totalmente en contra de la nueva puya retráctil, que es vendida como una novedad revolucionaria y buena, como en su tiempo lo fueron las fundas.

Aquí la entrevista completa publicada en El Chofre

No hay comentarios:

Publicar un comentario