lunes, julio 03, 2006

La realidad, un muro que superar

Sábado, 1 de julio del año en curso, en un pequeño pueblo de la provincia de Toledo, Arcicóllar, se celebra con motivo de las fiestas locales, una novillada sin picadores, abre cartel un amigo, Luis Miguel Amado, como tengo trabajo esa mañana, me veo obligado a poner el coche a velocidades no recomendables, para llegar a lo hora pactada, a coger el autobús que viene de La Zarza, la joven Asociación Cultural Taurina Luis Miguel Amado hace su primera salida, es una novillada sin caballos, Luis Miguel debutó con picadores el año pasado, pero esto es lo que hay, y “gracias que no hay que poner”, es su primera actuación de luces este año, perdón, la segunda, ya estuvo de sobresaliente en Villaconejos hace dos meses. Vamos llenos de ilusión, la pancarta que ha hecho Patricio luce en la parte de atrás, Curro el presidente ha cuidado todo los detalles, los bocadillos, los dulces y incluso los pelotazos. Viene Pedro con nosotros, me trae de regalo el nº 8 de la Revista “Cerro de San Albin”, en Navalmoral recogemos aficionados de Plasencia. Luismi se ha levantado a las cinco de la mañana, lo ha intentando pero no ha podido librarse de trabajar esa mañana, es temporada alta y no le han dejado librar, a las siete en su puesto, justo doce horas después hará el paseíllo, vestido de Azul Océano y Oro, en la portátil de Archicollar, a las tres acaba su jornada, come algo, mal descansa, se viste en Fuensalida y al toro.
El primer novillo sale bronco, la arena del ruedo forma unos hoyos tremendos, brinda a sus peña, pero no hay acople, el novillo acude con la cabeza alta, quizás un “puyacín”, hubiera venido bien, nunca se sabrá, mata volcándose y se lleva un interminable revolcón, el toro dobla, pero el puntillero lo levanta, el buen sabor de boca desaparece con el suplicio del descabello.

Sale su segundo, cuarto de la tarde, precioso novillo, ganadería “El Vaqueril”, no creo que lo hayan desechado por falta de pitones, quizás por exceso, no puedo evitar acordarme de lo visto otras tardes.

LM Amado lo recibe con unas verónicas de buen gusto, ganando terrenos, y rematando con una media, muy bien torero, durante las banderillas se forma un desbarajuste tremendo, y cuando coge el trapo rojo, Luis Miguel sale acelerado, no encuentra el sitio, no acierta con la distancia, los enganchones se suceden, pierde confianza y empieza a moverse, mal. Mata a la segunda, el novillo dobla y ya no se levanta. Da una vuelta al ruedo, pero su cara refleja disgusto, él, mejor que nadie, sabe que no ha estado bien, ese es el mejor síntoma para que se puede mejorar.

Una hora después hablamos por teléfono, está muy cansado, quedamos en hablar mas despacio cuando nos veamos, yo le doy ánimo porque creo que puede y sabe, que hay que poner el doble o el triple de esfuerzo pues se pone y punto, que ser torero no lo regalan en ningún sitio.

3 comentarios:

  1. sería una novillada sin picadores, pero en las fotos se ven mas pitones que en muchas plazas de primera

    ResponderEliminar
  2. Ánimo, Luis Miguel!!!
    PD: Viendo la foto de Domingo, ¡pedazo de media verónica!

    ResponderEliminar
  3. Excellent, love it!
    » » »

    ResponderEliminar