Resulta difícil decidir quién derrochó más clase; si el matador (Juan Bautista) o aquel toro de Ana Romero ("Fortuito"), que salió de chiqueros con los cuartos traseros acalambrados, quedando al borde de la devolución, a pesar de la delicada brega de Rafael González. En la muleta, en cambio, el de Santa Coloma comenzó a ir a más, con un galope templado y humillado, un auténtico toro de carretón, un goterón de almíbar sobre el cenizo albero de Azpeitia. Un toro de semejante calidad siempre descubre a los malos toreros. Pero Bautista está lejos de ser un mal torero. Cuando a Bautista le espolea la necesidad o el amor propio (ojalá sucediera con más frecuencia), comienza el recital. Ante el de Ana Romero, el francés hizo del ruedo guipuzcoano su propia casa, como toreando de salón, con un desmayo, una suavidad y un temple de paladar fino y billete grande. Gratisima sorpresa rematada con dos estocadas recibiendo (la primera pinchada arriba) y una oreja.
Gloria Sánchez-Grande ( http://contraquerencia.blogspot.com.es/2015/08/una-de-las-faenas-mas-bellas-de-la.html?m=1 )
Foto: André Viard
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