Roca Rey
Quedaba el sexto como último cartucho de la primera de las tres tardes que Roca Rey tiene firmadas en la feria. Y fue con ese toro, muy en juampedro clásico, negro zaino, culopollo, serio por delante. Con ese toro fue el poner de acuerdo a todos, tirios y troyanos, porque con él llegó la faena de consagración. Una faena de fantástica rotundidad por lo que tuvo de gobierno del toro desde el arranque en los medios –cite de largo, un cambiado por la espalda librado a media altura y no por arriba, y dos parecidos al instante cosidos con el natural y el de pecho- hasta la hora misma de la igualada, cuyo prólogo inmediato fueron una tanda de cinco naturales monumentales, y el de pecho, y una muy temeraria serie de bernadinas abrochadas con la trincherilla y el natural. Y, luego, la estocada hasta el puño y en la yema.
Barquerito
Fotos: Andrew Moore
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